Puede que en el mismo momento en el que usted está leyendo estas líneas, alguien esté utilizando su nombre para hacer la compra de la semana. O quizás ya la haya hecho y ahora esté en la librería buscando un buen título. Tampoco sería raro que, además, tuviera varias líneas telefónicas contratadas con la identidad que le ha robado o que incluso haya estado comprando y vendiendo vehículos, electrodomésticos y aparatos de alta tecnología cuyas facturas pronto le llegarán en forma de deuda.

La carta aterrizará un día de estos en su buzón. Una empresa de cobro de morosos le informará de que debe miles de euros. Y hasta entonces, nunca se hubiera imaginado que esas historias que siempre lee en los periódicos o ve en la televisión a usted también le pueden pasar.

Le ocurrió a María (nombre ficticio) hace unas semanas. Está tranquila, porque la policía, el grupo de Fraudes de la comisaría provincial ha detenido al supuesto autor del delito de suplantación de identidad. Un joven malagueño identificado como R.A.R., con antecedentes por casos similares.

Cuando a esta chica le llegó la carta en la que le informaban de la deuda lo primero que pensó fue que era un intento de fraude. "Creía que era uno de esos timos en los que intentan engañarte para que ingreses dinero en una cuenta, sabía que era imposible que debiera dinero al banco porque nunca había pedido ningún préstamo, ni siquiera soy cliente de esa entidad", recuerda.

Pero la curiosidad le pudo y se puso en contacto con la entidad financiera para que le aclarara la supuesta deuda. Tenía varios recibos sin pagar desde 2005. "Me dijeron que tenía una tarjeta de crédito y que nunca había abonado los recibos. Pero ¿qué tarjeta? Si yo no tengo ninguna tarjeta contratada con vosotros, les dije. Y entonces llegó la revelación: Había una persona que aparecía como cotitular".

Una persona que no conocía y que presentó todos sus datos, incluso nóminas de su trabajo para contratar los servicios financieros de la entidad. Cómo los consiguió sigue siendo un misterio, aunque no una excepción. Según le comentó la policía al presentar la denuncia, su caso no era único, sino todo lo contrario. "Me aseguraron que era más frecuente de lo que la gente pensaba", cuenta esta joven malagueña.

De momento la cantidad que supuestamente debe no alcanza los mil euros, pero ignora si hay más tarjetas con su nombre circulando por ahí. "Ya te queda la duda, porque si han hecho una tarjeta, pueden haber hecho cien. Y por ahora solo sé los gastos que tuvieron en 2005. Lo mismo hasta alguien se ha casado con mi nombre... Lo que no entiendo es cómo no verifican los datos, las firmas, no sé, debería haber algún tipo de control con estas cosas", denuncia indignada.

La policía ya ha resuelto su caso, que se suma, como le advirtieron, a una larga lista. El detenido fue arrestado esta semana y ha pasado a disposición judicial.