La provincia espera la llegada de unos nueve millones de visitantes durante este verano. Entre ellos, a los amigos de lo ajeno que, como cada año, ya se preparan para sacar un dinero extra a costa de los descuidos de los turistas y de la confianza de los menos precavidos. La policía y los establecimientos hoteleros ya están preparados. Los conocen, saben cómo actúan y lo único que piden es un poco de colaboración tanto de los trabajadores del sector como de los turistas porque, aunque aseguran que no suelen ser delincuentes peligrosos, sí que pueden fastidiar unas buenas vacaciones y, entre todos, puede evitarse.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad reforzarán su plantilla con unos 400 agentes en la provincia, 307 policías nacionales y 92 guardias civiles, según informó ayer el subdelegado del Gobierno, Hilario López Luna, en rueda de prensa. Este dispositivo especial de verano permitirá aumentar la vigilancia en las calles, en el puerto, en el aeropuerto y en los establecimientos hoteleros, entre otros, de manera que el visitante se sienta tranquilo y, en el caso de que sea víctima de un delito, reciba una atención inmediata y eficaz que "reste el impacto negativo del hecho delictivo al reducir los tiempos de espera para tramitar las denuncias".

Máxima seguridad. Porque, como explicó el delegado de Participación Ciudadana, el inspector jefe Faustino Pretel, la seguridad absoluta no se consigue nunca, aunque sí se puede aspirar a "la máxima". Con ese objetivo, se intentará transmitir a los profesionales del sector turístico algunas normas básicas para que ellos mismos puedan detectar cualquier actuación sospechosa. "No se trata de convertir a estos trabajadores en policías, pero sí en concienciarlos para que agudicen sus sentidos y estén alerta a posibles incidencias de este tipo", indicó. Para ello, todos los años se establecen acuerdos de colaboración y de intercambio de información, tanto con los empresarios del sector como con las embajadas y consulados extranjeros.

Aun así, nadie dijo que fuera fácil. Este tipo de delincuentes sabe infiltrarse perfectamente entre la población foránea, pasar inadvertidos e incluso ganarse la confianza del turista, describe el inspector jefe. "No obstante, también hay que tener en cuenta que en los hurtos cometidos durante estas fechas -el delito por excelencia durante el periodo vacacional- influye de manera muy importante el factor descuido. Los turistas abandonan sus pertenencias en las mesas, las dejan desatendidas y el delincuente está atento a esos despistes", advirtió.

El comisario provincial, Juan Jesús Peñalver, recordó un caso en el que el delincuente viajaba todas las semanas en el vuelo Málaga-Barcelona y, una vez superado los controles de seguridad, cometía los robos de equipajes aprovechando la relajación de los viajeros. "También son frecuentes en esta época los casos de denuncias falsas, personas que intentan que el seguro les pague parte del viaje", resaltó.

En cualquier caso, indicaron que las víctimas tendrán a su disposición varias vías para interponer las denuncias: telefónicamente (902 102 112), donde los atenderán en varios idiomas, por Internet o en el propio establecimiento hotelero, además de en las comisarías.

El subdelegado del Gobierno explicó que, siguiendo el ejemplo de la comunidad de Madrid, es probable que en Málaga se cree un Servicio de Atención al Turista Extranjero, aunque aludió a la existencia de una oficina móvil de denuncias con la misma finalidad: prevenir y reducir el impacto de la delincuencia veraniega.