En la novela ´Farenheit 451´ de Ray Bradbury, los últimos lectores del mundo retienen en la memoria unos libros que, precisamente, son inolvidables.

En el caso de la anciana que pide dinero en la calle Nueva, a la altura de la iglesia de las Esclavas, lo que memoriza es el ´Diccionario secreto´ de Camilo José Cela, porque suelta al respetable, en diez minutos, la misma cantidad de insultos que recibe el árbitro Mejuto González en hora y media.

El pasado lunes, sin embargo, esta anciana se topó con dos mujeres de armas tomar, que respondieron con vehemencia a la sarta de insultos que recibieron. Sin percatarse del mal estado de la señora, se tomaron la afrenta muy a pecho y fueron largando por esa boquita ´piropos malagueños´ a un volumen detectable en las islas Chafarinas.

Los turistas que asistieron al duelo dialéctico (en el que el adjetivo ´descalificativo´ "puerca" fue el más empleado) disfrutaron de lo lindo, pues cuando visitan Málaga, para ser sinceros, también buscan espectáculos de ´irracionalidad mediterránea´, muy admirados en el extranjero.

En este sentido, la calle Nueva ofrece bastantes estampas más, empezando por esos paseantes que reciben folletos publicitarios, abundantes en esta calle peatonal, y los depositan con todo incivismo en el suelo, que queda para el arrastre.

El paseo puede culminar en el poste más espantoso que ha visto la ciudad, torcido y cuajado de cables gordos, que parece estar a punto de desplomarse sobre calle Nueva. Esas tenemos.

El descubrimiento

Ω Pero no nos llevemos una mala impresión de Málaga por tres detalles de calle Nueva. En nuestra ciudad también hay espacios en los que ´la Humanidad avanza´ y con ella, la Jardinería.

En la calle Benagalbón, detrás de la clínica ´El Ángel´, tenemos un bonito y frondoso parque nada menos que con tres pérgolas que, sorpresa, soportan sus respectivas enredaderas.

Que el Ayuntamiento se haya planteado por fin colocar pérgolas con algo de verde encima es una grata noticia.

Como muchos malagueños conocen, nuestra ciudad está repleta de pérgolas que no sirven para nada, salvo de vacío elemento estético, porque al carecer de enredaderas no dan sombra.

Si en Málaga, que presume de tener la glicinia más esplendorosa de Andalucía en el cenador de La Concepción, nuestro Ayuntamiento comienza a ´dar vida´ a las pérgolas es que vamos por buen camino. Tendremos más verde y sombra en futuros veranos.

Cooperación total

Ω La plaza de la Cooperación en Nueva Málaga cuenta con un pequeño jardincito, bordeado por una verja. En el centro, un monumento con tres personajes que se ayudan mutuamente mientras trepan, simboliza esa cooperación en la barriada.

Ahora es el turno del Ayuntamiento para cooperar también y arreglar la verja de hierro, que está para el arrastre, totalmente oxidada. Cualquier paseante que se apoye en ella se expone a familiarizarse con la inyección antitetánica.

Ecos del 82

Ω Rebuscando en la prensa de 1982, uno de los asuntos más presentes: la reivindicación del abandonado Convento de la Trinidad como sede del Museo Arqueológico. ¿Les suena de algo?