Las ciudades de Córdoba y Málaga se han acercado mucho en los últimos seis años, con la progresiva conversión en autovía de la antigua, sinuosa y peligrosa carretera de doble sentido que las tenía separadas por tres horas de viaje no hace mucho, en 2002. En este tiempo se han abierto hasta nueve tramos, en total 89 kilómetros, y sólo quedan 11 kilómetros más para que ambas capitales estén, por fin, bien comunicadas. Ayer miércoles se puso en servicio el tramo de la variante de Encinas Reales, de apenas 4 kilómetros, pero que elimina del recorrido una penosa travesía a través del pueblo con tres semáforos y un callejeo obligado. En estos momentos sólo hay hora y media de viaje de Córdoba a Málaga, y bajará más cuando el Gobierno abra el último y más costoso tramo de la autovía: el que une Encinas Reales con Benamejí.

La variante de Encinas Reales es la clave para que el desplazamiento entre Córdoba y Málaga sea ahora mucho más cómodo. Los 4 kilómetros que mide se recorren en pocos minutos, cuando hasta anteayer había que emplear una media hora en cruzar el municipio. Ha costado 14,5 millones de euros y su tramitación ha sido larga, ya que salió a concurso hace casi cuatro años y medio. Los operarios culminaban ayer las tareas de pintado y señalización, pero con los vehículos ya circulando. La fluidez del tráfico a mediodía de ayer en la provincia de Córdoba ayudaba a comprender aún mejor la importancia de la apertura al tráfico de la circunvalación, la penúltima prevista antes de que todo el recorrido sea al fin autovía. La Opinión de Málaga hizo el recorrido íntegro entre ambas capitales para dar fe del gran avance.

Con retraso. Actualmente, los conductores ya sólo tendrán que sufrir un tramo de carretera nacional, el que une Encinas Reales con Benamejí. Cuando se convierta en autovía medirá los citados 11 kilómetros de longitud, aunque su apertura llegará con retraso en relación a las previsiones del Gobierno, que confiaba en tener toda la carretera completa en el verano de 2007. El problema es que este tramo es el más complicado y costoso desde el punto de vista técnico, pues incluye un impresionante viaducto de 600 metros sobre el río Genil que por el momento sólo tiene construidos los enormes pilares sobre los que se asentará la estructura. El Ministerio de Fomento modificó su previsión y atrasó su culminación para este verano, aunque basta con pasar por allí para concluir que aún deben quedar muchos meses de obra, pues no se ha empezado a colocar el tablero.

Lo que se recorre ahora es una vieja vía de un solo carril para cada sentido de la circulación que discurre paralela al trazado en el que se desarrollan las obras, tomado por gigantescas máquinas, decenas de camiones desalojando tierra y cientos de obreros que, bajo un sol de justicia, se afanan en acortar plazos para culminar el tramo de autovía que convertirá de forma definitiva la carretera Córdoba-Málaga en una infraestructura acorde con la importancia de ambas provincias y el denso tráfico. La presencia de camiones es muy elevada por la cercanía de varias localidades punteras en la industria del mueble y de materiales de construcción, como Lucena.

En cualquier caso, la historia de la prolongación de la autovía entre Málaga y Antequera hasta Córdoba es la de un eterno retraso. Fue en diciembre de 1992 cuando el Gobierno autorizó el inicio de las obras de los exactamente 100,2 kilómetros que separan la ciudad de El Torcal de la capital cordobesa. Sin embargo, el primero de los diez tramos de que consta el proyecto se abrió hace sólo seis años, en 2002, en concreto la variante de Aguilar de la Frontera, aunque también es cierto que desde entonces se han sucedido las inauguraciones hasta llegar al momento actual, en el que ya sólo queda uno para acabar.

La fría estadística dice, no obstante, que la autovía Málaga-Córdoba -en realidad Antequera-Córdoba- tiene uno de los ritmos de ejecución más lentos de todas las carreteras de España, con apenas 5 kilómetros por año. El presupuesto final ascenderá a poco más de 370 millones de euros después de las modificaciones introducidas en un proyecto ejecutado a lo largo de más de una década y media.

Córdoba, "lejana y sola", como la definió Federico García Lorca, está hoy un poco más cerca.