En 1984, siendo corresponsal de Europa Press en Londres, un camión le atropelló, causándole una minusvalía del 60 por ciento. Guillermo López Vera, de 60 años, ha trabajado en periódicos como ´Sol de España´, ´Sur´ o ´La Gaceta de Málaga´, casi siempre haciendo periodismo de investigación, hasta que hace unos años abandonó la profesión.

A partir de 2003, el destino le convirtió en guarda de urbanizaciones en construcción y parcelas de la empresa Ziur. Su vida cambió en julio de 2005: "Estaba de guarda en La Cala y se me cae una verja de hierro encima, con una racha de viento, con tan mala suerte que los barrotes me dan en la pierna fastidiada".

El accidente le costó 11 semanas de baja por la mutua, hasta que "un doctor de Sevilla me manda de nuevo a la obra". Pero, en su estado, todavía con muletas y como los dolores seguían siendo intensos, cuenta que le era físicamente imposible acceder hasta el lugar de trabajo, en un lugar apartado por encima del Arroyo de la Miel. "No tenía coche, allí no llegaba el autobús y tenía que andar hora y media".

Para su alivio, le examina la Seguridad Social y vuelve a estar de baja, esta vez 79 semanas. Mientras tanto, es despedido y llega a un acuerdo con la empresa en agosto de 2007 para recibir casi 4.000 euros que todavía no ha visto.

Pero el mayor problema llegaría cuando una inspectora de la Seguridad Social le examina tras las 79 semanas de baja y dictamina que está en condiciones de regresar al trabajo.

La decisión de la inspectora ha llevado a Guillermo López Vera a recurrir a los tribunales, al entender que, con el 85 por ciento de minusvalía que ahora padece tras el accidente, su horizonte laboral se ha extinguido y debe reclamar la invalidez absoluta.

El ex periodista muestra el diagnóstico de un conocido traumatólogo de Málaga, en el que puede leerse que "todas las lesiones le producen una severa e importante incapacidad física laboral, incluso para sus actividades personales", así como que las lesiones "son definitivas y gravemente incapacitantes". El traumatólogo también destaca la incapacidad para andar más de 500 metros seguidos. "El día que ando más de una hora me tengo que quedar dos días acostado", cuenta.

Sin trabajo, sin recibir el dinero de la empresa por el despido, aunque oficialmente capacitado para vigilar unas obras, Guillermo López Vera se encuentra en una difícil situación económica.

"Me estoy viendo obligado a mendigar, aunque sólo a amigos y conocidos. Necesito 7 euros para dormir en lo que se llama un ´sofá caliente´, compartiéndolo cada 12 horas y si no los tengo, duermo en un derribo". El ex periodista recuerda con ironía que cuenta con una placa en ´El Pimpi´ mientras afronta, con muletas, la etapa más complicada de su vida. La Justicia decidirá... pero debería hacerlo cuanto antes.