Unos dicen que lo mejor es poner la lavadora al final de la tarde, con la fresquita, otros hablan de necesidades matutinas y la mayoría cierra los ojos para no ver la próxima factura. Las tarifas de consumo eléctrico han cambiado y pocos son los que dominan los nuevos signos. El pasado 1 de julio la rebaja nocturna pasó a mejor vida. ¿Qué hago con el aire acondicionado? ¿Para cuándo las luces encendidas? La respuesta no está en el viento, pero sigue siendo la misma: lo más barato es esperar la caída del crepúsculo.

El régimen parece que no está muy claro. La organización de consumidores Facua habla incluso de desinformación y ha iniciado una campaña para detallar el sistema e iluminar a los más aprensivos. La primera advertencia es cartesiana y dura: los que no hayan elegido tarifa tendrán que ajustarse a la nueva disposición de discriminación horaria, que incluye un periodo menos costoso y otro de los que hacen caja y dejan a Sevillana más contenta que unas castañuelas.

Por su parte, los que hayan decidido continuar con la tarifa nocturna deberán asumir una serie de adaptaciones: ajustar la potencia, de manera gratuita, e instalar un controlador de potencia ICP, una suerte de marcador con alarma que avisa cuando se rebasa el consumo máximo de la franja ahorrativa.

Pero, ¿qué es eso de la tarifa por discriminación horaria? ¿Habrá horas que no formen parte del día? La respuesta, en este caso, también está relacionada con la factura. A efectos prácticos, dice Facua, lo que conviene saber es que habrá una franja más barata, de 22 a 12 horas en invierno, una hora más tarde en verano, y otra general y de hora punta, que abarcará desde el mediodía a las 22 horas en invierno.

La ventaja respecto al antiguo sistema es que se amplía el horario de bajo consumo y el inconveniente, que la franja de ahorro es un poco más cara que la ya casi extinta tarifa de noche. "Si se respeta el horario y se consume en ese periodo está claro que beneficia", señala la organización.

Pero ahí no acaba todo. El problema son los cambios previstos, que no aseguran la pervivencia del nuevo modelo de tarifas. FACUA recuerda que a partir de 2009 desaparecerá la regulación actual, lo que abre la puerta al libre albedrío de las compañías. "No sabemos lo que va a pasar", dice el colectivo, Mientras, la lavadora, mejor por la noche.