Yo no soy malagueña yo soy parquera", cuenta Mari Carmen Pérez, de 45 años. No le falta razón. Gran parte de su vida la ha pasado entre la estatua al comandante Benítez y la glorieta de Narciso Díaz Escovar, en el Parque. Allí se encontraba el popular kiosco de ´Los paragüitas´, que su abuelo Ricardo instaló en 1939, aunque oficialmente comienza en septiembre del año 42.

"Mi abuelo salió de la cárcel por vicisitudes de la guerra, porque era enlace del comité de empresa del hotel Granada, en calle Larios, y él y su familia se hicieron cargo de los tres kioscos del Parque, que entonces eran unos aguaduchos de verano en los que el hielo se picaba a mano", dice.

El fundador del que luego se llamaría ´Los paragüitas´ muere en 1960 a causa de la tuberculosis que le acompañó desde sus tiempos en la cárcel. Su hijo Juan heredó el afán paterno por "trabajar duro".

Dos años después nace Mari Carmen, que recuerda cómo, siendo niña, su padre convocó a la mujer y a los hijos para darle un nombre al kiosco de refrescos. "Hicimos una porrilla y al final elegimos ´Los paragüitas´ porque esto estaba lleno de paraguas, que lo mismo servían para el sol que para la lluvia".

Mari Carmen Pérez, que se conoce los nombres de todas las plantas del Parque, recuerda que los jardineros, que le inculcaron el amor por las plantas, "eran como de la familia y si mi padre lo pasaba mal y no tenía para comer, le ofrecían su sueldo todos". Mari Carmen resalta con cariño a Alfonso Cruz, el jardinero mayor, y a su hijo. "El Parque entonces era un pulmón verde en el que podías estar desde por la mañana hasta por la noche porque estabas en tu casa" y señala que la situación duró hasta 1985, ya sin guardas y con el vandalismo en los comienzos.

Otros bonitos recuerdos que guarda de ´Los paragüitas´ es la Feria en el Parque en los años 60. "La primera que recuerdo es la del año 68, me pilló con cinco años y lo pasamos muy mal porque había mucho trabajo y poco espacio. No teníamos almacén, ni servicio, el agua la cortaban y la luz era la de las farolas. Fue una Feria de 24 horas en la que dormía en un colchón en el Parque".

Otro dato curioso era que, aunque el Ayuntamiento consideraba ´temporada alta´ los meses de mayo a octubre, ´Los paragüitas´ funcionaba mejor en invierno, cuando los clientes llenaban el kiosco en busca de un solecito que se cotizaba más.

En 1995 fallece su padre y Mari Carmen, que hace tiempo que lleva el negocio, se hace cargo de ´Los paragüitas´ hasta el cierre definitivo en 2006 por las obras de remodelación del Parque.

En estos días en que nuevos kioscos abren sus puertas, Mari Carmen Pérez recibe a diario muchas llamadas de antiguos clientes preguntando por ´Los paragüitas´. Los paraguas se cerraron para siempre, pero en el Parque todavía queda en pie, junto al monumento al comandante Benítez, una acogedora morera, plantada hace 23 años cuando nació Maria Victoria, la hija de Mari Carmen. La familia de ´Los paragüitas´ sigue presente en el Parque.