Un total de veintinueve municipios de la provincia forman ya parte del programa de sostenibilidad Ciudad 21, al que en los últimos días, se han adherido catorce ayuntamientos, entre ellos los de Fuengirola y Estepona. El protocolo, que establece una serie de pautas ambientales y urbanísticas con el objetivo de incrementar la calidad de vida, afecta tras las últimas incorporaciones al noventa por ciento de la población de Málaga, donde entró en vigor hace poco más de un lustro.

Según explicó Juan Alcover, coordinador provincial de la iniciativa, los últimos en inscribirse en el proyecto responden al perfil de localidades con más de 5.000 habitantes y harán efectiva su entrada en los próximos meses. De esta forma, podrán optar a las ayudas de financiación previstas para actuaciones de corte sostenible, caso de la elaboración de un mapa de ruidos o la colocación de paneles solares.

El programa Ciudad 21 tiene su origen en la cumbre internacional de Río de Janeiro de 1992 y en la carta de Aalborg, documentos esenciales en la configuración de políticas respetuosas con el entorno y el crecimiento armónico y racional de las ciudades. Su aplicación local está impulsada por la Junta de Andalucía en colaboración la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP). Entre sus principios de actuación, figura el fomento de la participación ciudadana, el uso de energías alternativas y la lucha contra la polución, ya sea en su vertiente acústica, lumínica o urbana.

Los municipios que se adhieren al programa comienzan con el encargo de una evaluación de su situación medioambiental, documento que sirve de base para el desarrollo de proyectos, informa Alcover. Una vez concluido el diagnóstico, que cuenta con la colaboración económica de la Diputación de Málaga, las localidades pueden presentar iniciativas a la Consejería de Medio Ambiente, que publica órdenes a las que se pueden acoger los miembros del programa.

En los últimos cuatro años, la Junta de Andalucía ha invertido más de 1,6 millones de euros en iniciativas relacionadas con el programa, que ha servido para renovar las luminarias del paseo marítimo de Rincón de la Victoria o soterrar los contenedores de numerosos municipios.

Alcover confiesa que uno de los objetivos del programa estriba en reforzar la implicación de los miembros, para lo que se prevé añadir sus directrices al desarrollo de los planeamientos urbanísticos. "Es una aspiración que tenemos, pero todavía no se ha puesto en práctica de manera oficial", resalta.

Sobre la posibilidad de fijar sanciones para los municipios que vulneren el programa, el responsable de Ciudad 21 en la provincia confiesa que aún no se ha configurado un sistema punible, si bien el organismo se reserva la potestad de expulsar a los municipios que incumplan los postulados del documento. Además, existe la opción de retirar las subvenciones, que ya se planteó el año pasado en el caso del Ayuntamiento de Málaga por su retraso en la realización de un proyecto de control del ruido en los bares del Centro. "Tenemos un plazo de quince meses para que las iniciativas planteadas se desarrollen y en la capital aún se superó el límite de tiempo", destaca Alcover.

En las listas facilitadas por la Consejería de Medio Ambiente, Málaga destaca como uno de los municipios menos activos de los adscritos al programa. De hecho, ha dejado vacante de proyecto tres de las cuatro convocatorias de subvenciones de la Junta de Andalucía. Una actitud que contrasta con la expresada por localidades como Casares, en la que se han llevado a cabo cuatro iniciativas y se ha invertido un montante superior a los 160.000 euros, u Ojén, que, incluso, ha disfrutado de ayudas para la creación de un jardín botánico.