Cuestión de vida o muerte. Las reservas de sangre son fundamentales para mantener la actividad de los hospitales y, en definitiva, para poder curar a los enfermos. La implicación de los ciudadanos en esta labor es crucial.

El Centro Regional de Transfusión Sanguínea (CRTS), creado en 1988, abastece a todos los hospitales de la provincia. En el primer semestre de 2008 se ha registrado un aumento de 2.466 donaciones, pasando de las 23.366 del mismo período de 2007 a las 25.832 de este año. "Esperamos cerrar el ejercicio con 3.500 unidades más que el año pasado", indica el director del CRTS, Isidro Prat.

Aumentan las donaciones, pero también se incrementan las necesidades. Prat realiza un llamamiento a la población y recuerda que no se puede bajar la guardia, ya que la donación es vital. "Necesitamos todos los días más de doscientas unidades de sangre. Las reservas están justas. En el período estival la actividad quirúrgica se mantiene, así como el programa de transplantes hepáticos que requiere de un consumo importante de sangre. La provincia se llena de turistas, aumenta la asistencia sanitaria y, sin embargo, los donantes se van de vacaciones", declara.

Cero negativo. Todos los grupos sanguíneos son necesarios para la actividad sanitaria, aunque es cierto que el cero negativo, compatible con todos los tipos, es imprescindible para casos urgentes en los que no hay tiempo para pruebas o averiguaciones en este sentido. A positivo y cero positivo son los grupos más frecuentes (el 40 por ciento de la población es de un tipo u otro), por lo que también se necesita más sangre. La media en Málaga roza las 215-220 unidades diarias.

Una donación de sangre, que dura aproximadamente siete minutos, supone la extracción de 450 centímetros cúbicos. Existen además dos líneas especiales, el plasma (media hora, se obtienen seiscientos mililitros y es necesario especialmente en transplantes de hígado) y, plaquetas (una hora y cuarto, se consiguen doscientos mililitros -el equivalente a seis donaciones de sangre convencionales- y se utilizan para el transplante de médula ósea).

"Evidentemente en las donaciones convencionales también se obtienen hematíes (anemia), plaquetas y plasma, pero el otro proceso es más puro, rico y específico", reseña. El especialista recuerda que la donación es voluntaria, altruista y que está absolutamente reglada. La sangre obtenida es además sometida a rigurosas pruebas de control (hepatitis, sida, sífilis) y, en caso de detectar alguna anomalía, "que no suele ocurrir", se desecha y se informa al donante.

También obtienen gracias a las donaciones productos hemoderivados como la albúmica (para enfermos del aparato digestivo o alteraciones hepáticas), factor ocho (hemofilia) o gammaglobulinas (inmunodeficiencias).