El turismo es la principal industria de la que vive la Costa del Sol y debe ser la que lidere la prevista recuperación económica a lo largo del año próximo. Ésta es la conclusión a la que llegan los expertos en economía, empresarios y sindicatos de la provincia, que coinciden en que no hay que cambiar el modelo productivo actual, sino trabajar para que mejore. Las últimas cifras de paro, conocidas hace pocos días, son sobrecogedoras, pero llegan en plena temporada baja y cuando la desaceleración económica está en su peor momento. A partir del primer trimestre de 2009 la situación debe empezar a mejorar de la mano, sobre todo, del turismo, según los consultados por La Opinión.

A este panorama hay que añadirle una variable que empeora con mucho las cifras actuales, y es la práctica desaparición del sector de la construcción, debido a la crisis del ladrillo y al déficit financiero de los bancos, que mantienen las líneas de crédito hipotecario fuera del alcance de un gran porcentaje de la población. Esta realidad no hace sino reforzar la teoría de que debe ser el turismo el banderín de enganche, habida cuenta de su indiscutible liderazgo europeo e incluso mundial. Las bases están puestas para que se produzca un trasvase de puestos de trabajo entre un sector y el otro, ya que además no requieren una cualificación especial. Este último trimestre del año se presenta duro, pero la llegada de la temporada alta de turismo -allá por marzo de 2009, aproximadamente- tendrá que mejorar las cifras forzosamente. Ya hay indicadores que permiten albergar esperanzas.

En este sentido, el vicepresidente ejecutivo de la Confederación de Empresarios (CEM), Javier González de Lara, opina que la teoría que atribuye a la industria turística el liderazgo para escapar de la crisis es muy válida, pero solicita además que las instituciones apoyen con medidas concretas el resurgir de un sector que, por sí solo, reúne muchas ventajas para el empleo y la riqueza: "Necesitamos un respaldo general del sistema financiero con medidas puntuales como una rebaja del impuesto de sociedades o el fraccionamiento del pago de los impuestos", asegura.

La fortaleza del turismo queda fuera de toda duda al comprobar cómo el incremento del paro en el sector servicios sortea, en cierto modo, a la hostelería y los negocios de alojamiento, que sufren ahora un descenso lógico motivado por la estacionalización de la oferta. Incluso en los mejores años del sector, el invierno ha ocasionado cierres temporales de empresas que no aguantarían varios meses de poco negocio. Pero esta circunstancia no es achacable a la crisis mundial, sino a un defecto local del sector malagueño contra el que hay que luchar por medio de esfuerzos en promoción y oferta, para hacer el destino atractivo todos los meses del año y no sólo en verano.

Cifras normales. Miguel Sánchez, presidente del consejo de turismo de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), se sitúa en la misma línea: "Efectivamente, el turismo vacacional debe ser nuestra columna de apoyo. Ha sido siempre la solución y lo va a seguir siendo. Confío plenamente en que allá por febrero y marzo del año próximo volveremos a alcanzar las cifras de negocio y empleo normales", asegura. Aunque eso sí, hace un poco de autocrítica al reconocer que otros destinos competidores han sabido explotar mejor otros segmentos, como el cultural o congresos. "La estacionalidad es lo que nos fastidia tanto el empleo como la cuenta de resultados".

Los sindicatos, por su parte, también coinciden en que la prevista recuperación debe empezar por el turismo, sector que además debe recibir mucho empleo de los sectores más atacados por la crisis. Como quiera que la construcción, motor indudable en los últimos diez años, se enfrenta a una época dura -acentuada además por la falta de definición de los planes urbanísticos municipales, que prácticamente impide la actividad del ladrillo mientras dure el proceso de adaptación a la ley andaluza-, no hay sectores cuyo empuje sea tan evidente para sacar a Málaga de la crisis como el del turismo.

La pujanza de la provincia provocó que empezara a sufrir las consecuencias de la desaceleración antes que otras provincias, pero igualmente debe ser la causante también de que empiece a recuperarse antes que las demás, según han manifestado los dirigentes de la Confederación de Empresarios. Por el momento, hasta que pase el invierno y el turismo empiece a llamar con fuerza a la puerta otra vez, toca invertir en calidad e innovación para salir desde la ´pole´.