Roncar durante la noche no es un problema banal, ni únicamente motivo de disputa con la pareja. Puede esconder un trastorno de obstrucción de las vías respiratorias, lo que se conoce como apnea del sueño. El ronquido es uno de sus síntomas, pero no el único, ni el más grave. La somnolencia diurna es el indicador más claro, y un factor de riesgo en el trabajo. De hecho, el 30 por ciento de los accidentes laborales está relacionados con este problema y en el mismo porcentaje de siniestros en las carreteras ha estado presente la enfermedad, pues los pacientes tienen entre siete y diez veces más riesgo de sufrir un percance.

Cada vez se detectan más casos, debido a la mayor conciencia social, a la sofisticación de los métodos diagnósticos y al incremento de la obesidad. "La fisonomía y tono muscular influyen. Las personas con sobrepeso tienen más probabilidades, pues las vías respiratorias se obstruyen más fácilmente durante el sueño", explica Mercedes Martín, neumóloga de la unidad del sueño del Hospital Virgen de la Victoria.

La apnea se produce por un taponamiento completo o parcial de la vía respiratoria superior, debido a que las partes blandas de la garganta se colapsan y se ocluyen. Los enfermos pueden dejar de respirar durante diez segundos, algunos incluso un minuto, con frecuencia de cien veces durante la noche. Esto impide el descanso completo del paciente y durante el día siente que tiene ganas de dormir, señala la especialista.

Las características anatómicas de las vías aéreas están relacionadas con esta patología. Así lo cree un equipo del Hospital Clínico que colabora con la Universidad Politécnica de Madrid en un estudio que mide la voz para determinar si se producen cambios en las personas con este trastorno. Los médicos manejan la hipótesis de que probablemente la voz sufra una modulación especial por las características de las vías aéreas de los pacientes. Estas particularidades podrían hacer reconocible la apnea desde un punto de vista acústico.

Para verificar esta idea, los especialistas recogen locuciones de pacientes con este trastorno y otros libres de la enfermedad. Una vez estudiadas, se intentan establecer patrones acústicos específicos que permitan su reconocimiento. De momento, el proyecto está en su fase inicial de recopilación de datos, pero con el tiempo podrían aportarse datos que mejoren el diagnóstico de la enfermedad. Así lo asegura María Victoria Hidalgo, neumóloga y responsable de la unidad en el centro hospitalario.

Afecta más a hombres. La apnea del sueño afecta más a la población masculina. Se estima que hasta el seis por ciento de los varones pueden padecerla, mientras que en las mujeres alcanza el cuatro por ciento. En la provincia unas 40.000 personas sufren el trastorno, pero los servicios de neumología están saturados por la creciente demanda. En algunos casos los pacientes acuden ante la sospecha de que tienen apnea por los ronquidos, pero éstos pueden tener su causa en otros factores, como la desviación del tabique nasal, y no siempre desencadenan la enfermedad.

Otros indicadores son los movimientos nocturnos, las pesadillas, el insomnio y la asfixia. Como consecuencia, durante el día el paciente no sólo arrastra somnolencia, sino otros problemas como apatía, dificultades de concentración, pérdida de memoria o cefaleas, asegura la doctora Martín. Y en los niños, dificultades en el aprendizaje. "Cae el oxígeno en sangre, sube el carbónico y se liberan unas sustancias por la interrupción del sueño presentes en el estrés. Esto favorece la aparición de problemas cardíacos", asegura la especialista.

En los casos graves los enfermos tienen que dormir con una máquina suministradora de aire a presión que impide que se cierren las vías. Pepe utiliza esta aparato desde hace cinco años y dice que le ha permitido descansar. Es taxista y durante mucho tiempo ha arrastrado los problemas de somnolencia. "Reconozco que me he quedado dormido varias veces al volante. En una ocasión acababa de dejar a un cliente en Los Álamos. Eso me afectó mucho", confiesa.