El juicio contra dos ex responsables de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Costa del Sol, Valentín Bahut y Alfredo Marijuán, comenzó ayer en la Audiencia Provincial con la negativa del primero a responder las preguntas del fiscal, quien solicita 18 meses de prisión y once años de inhabilitación por un presunto delito de revelación de secretos cometido por funcionario público y otro de encubrimiento en relación con un presunto narcotraficante italiano, afincado en el municipio de Benalmádena, que consiguió salir del país evitando una requisitoria de las autoridades italianas. Sí contestó a las preguntas de los abogados defensores, momento en el que Bahut justificaba esa supuesta ayuda al traficante para salvar una importante operación contra el tráfico de drogas. "Es evidente el peligro que corría el colaborador, no era un simple chivato y había que protegerlo", apuntó Bahut. Y es que según el ex mando policial, este confidente estaba ayudando en una operación antidroga en la que estaba prevista la incautación de 8.000 kilogramos de cocaína.

Por su parte, el fiscal también acusaba al inspector jefe, José Alfredo Marijuán, ex jefe de la Sección Operativa de Crimen Organizado en la Udyco, y a Pedro Manuel Rico, un inspector de la policía que tenía como destino la jefatura accidental de la frontera de Tarifa, lugar por el que supuestamente dieron salida hacia Marruecos al narco italiano.

Durante su comparecencia, Valentín Bahut respaldó a sus compañeros asegurando que ninguno de los dos conocía al narcotraficante y que en ningún momento dieron cobertura a su fuga. Tanto Marijuán como Rico coincidieron en la Sala con la versión de Bahut negando rotundamente los hechos que se les imputan.

El fiscal mantiene que tanto Bahut como Marijuán facilitaron al narcotraficante italiano Marco Torello Rollero "información reservada obtenida de las bases de datos policiales". También indica que "realizaron los preparativos necesarios" para que Rollero pudiera eludir una orden de detención europea a efectos de extradición. En el relato acusatorio se asegura que el narcotraficante era investigado por parte de las autoridades italianas desde hacía años y que, "a pesar de ello, habría actuado como confidente para la unidad policial dirigida por Bahut con el que llegó a forjar unos estrechos lazos de amistad".