Estamos en pleno verano y la juventud prefiere salir de marcha por las zonas de la costa malagueña a quedarse en la capital. Benalmádena, Fuengirola, Marbella o Torre del Mar, en Vélez Málaga, son algunos de los lugares escogidos para pasar las noches de fin de semana. A este hábito estival de abandonar la capital para cambiar de sitio y disfrutar de otros lugares de la provincia, se ha unido la reciente prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en la ciudad con la consecuente eliminación del Paseo de los Curas como espacio delimitado para beber.

Muchos vecinos temían que, por este motivo, se aumentara el número de ´minibotellones´ en ciertos barrios, pero parece ser que, al margen de algunos pequeños grupos de jóvenes, no ha tenido el impacto que en principio se esperaba.

Escepticismo. Varias asociaciones de vecinos de la capital no se creen que con la prohibición de este fenómeno se haya eliminado de raíz, debido a que a la vuelta del curso universitario, cuando regrese el grueso de los alumnos provenientes de otras provincias y de las distintas localidades malagueñas, podría reproducirse de nuevo, aunque de un modo menos incisivo a causa de la prohibición.

A este respecto, el director del Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga, Mario Cortés, explica que la vuelta de este colectivo de jóvenes será una prueba de fuego para comprobar si realmente la prohibición del botellón se ha asumido por parte de éstos. "Tomamos la decisión de hacerlo en dos fases y hemos obtenido cierta ventaja", relata Cortés, quien asegura que, en general, el Ayuntamiento de Málaga se muestra "bastante contento porque la gente está siendo responsable y se han concienciado". El encargado del Área de Juventud sostiene que se han reproducido pequeños intentos de hacer botellón en zonas de la capital como Mundo Nuevo, los jardines de Puerta Oscura y, en general, el entorno de la Alcazaba, así como en El Ejido o el Paseo de la Farola. A fin de evitarlo, una dotación de 50 agentes policiales se encarga cada fin de semana de velar por la seguridad de los jóvenes y evitar que consuman alcohol en la calle.

Por otro lado, "seguimos trabajando para que los bares oferten copas a un precio menor" y, con esto, que la gente beba menos y que cambien el modelo de ocio.

Como se ha comentado, una de las principales amenazas de cara al inicio del otoño es la posible proliferación de estas pequeñas concentraciones en los barrios.

Para Cortés, el lugar donde se podría reproducir el botellón a partir de octubre sería Teatinos, en el aparcamiento situado enfrente de la Facultad de Derecho, por lo que incidirán en el apoyo policial allí.

También ayuda a concienciar a la población joven el hecho de que ya se estén recibiendo las primeras denuncias por consumo, con lo que se corre la voz de alerta.

Preguntado por el traslado del botellón a municipios como Benalmádena, Cortés remarca que desde siempre ha existido, unido a que en verano la juventud tiende a visitar otras localidades costeras. En este sentido, el fin de semana pasado se contabilizaron 80 denuncias por botellón en la vía pública en esta localidad.

Cartas a los padres para evitar que los menores consuman

El Ayuntamiento de Málaga y la Policía Local se han propuesto erradicar de raíz el consumo de alcohol y el de drogas en la capital. A este respecto, junto con la prohibición de beber en las calles, se ha llevado a cabo una medida con la que se pretende disminuir el número de jóvenes, sobre todo menores, que se dediquen a hacer de ello un hábito durante los fines de semana.

Es por tanto especialmente importante la labor que deben ejercer las fuerzas de seguridad y la administración municipal para conseguir el objetivo: eliminar la arraigada práctica del botellón y disminuir el consumo de sustancias estupefacientes en este sector de la población malagueña.

De este modo, los agentes que detectan a jóvenes de menos de 18 años poniendo en práctica alguna de las dos opciones siguen un incisivo control de la situación para que en futuras ocasiones el hecho no llegue a ocurrir.

Procedimiento. Según cuenta el director del Área de Juventud del Ayuntamiento de Málaga, Mario Cortés, la ley dicta que cuando un menor consume alcohol o drogas se debe informar a las familias o tutores sobre lo ocurrido para que se sepa la conducta de sus hijos. El procedimiento es claro: cuando se identifica a un menor consumiendo, se le retiene y posteriormente se le lleva al domicilio.

Una vez allí, se notifica a los padres o tutores legales o bien se les envía una carta, mientras que el establecimiento que ha vendido la bebida alcohólica al menor recibe una denuncia. Además, la misiva incluye dos números de teléfono del Grupo de Escoltas, Menores y Atención al Ciudadano (GEMAC) para informarse sobre posibles cuestiones que puedan surgir a los responsables de los chicos.

Evitar el consumo. Según han informado a este periódico fuentes de la Policía Local de Málaga, en los primeros seis meses de este año se han contabilizado un total de 28 cartas para disuadir del consumo de alcohol y otras 122 para avisar a los padres de los menores de que han consumido drogas.

En cuanto a los datos de 2008, las mismas fuentes apuntan a que en todo el año se enviaron 46 cartas por alcohol y 201 relativas a sustancias estupefacientes, sobre todo por consumo de hachís, cocaína o revueltos de distintas drogas. Esto supone, como se puede apreciar, un aumento con respecto a la temporada pasada a falta de varios meses para que concluya el ejercicio de 2009.

Por otro lado, durante la última Feria de Málaga fueron denunciadas tres casetas por expender bebidas alcohólicas a jóvenes menores de edad, aunque el portavoz de la policía no ha especificado si estos recintos fueron o no cerrados.

? sergio sánchez. Málaga