El otoño será caluroso en toda la costa mediterránea. Ésa es la previsión adelantada ayer por la Agencia Estatal de Meteorología, que considera que las temperaturas estarán entre 1 y 1,5 grados por encima de la media en esta época del año. Un anuncio que coincide casi con el final del año hidrológico, que se clausura el 30 de septiembre y lo hace con unos muy buenos datos para la provincia, que está en condiciones de soportar un año de pocas lluvias.

Los datos recogidos por la Agencia Andaluza del Agua en los embalses de la provincia muestran que las reservas duplican tranquilamente las registradas el año pasado por estas mismas fechas. Unas noticias que hacen mirar con optimismo los meses venideros y ante la posibilidad de que no se produzcan muchas lluvias.

La red de embalses malagueños se situaría al 40,53% de su capacidad, una cifra más que aceptable para sobrellevar un posible año de sequías. Hay que recordar que el 1 de octubre de 2008 las reservas de agua apenas alcanzaban el 18,5% de la capacidad de los siete embalses de la provincia, lo que aseguraba el suministro de agua para ocho meses como máximo y sin muchas alegrías.

El cambio ha sido radical gracias a un buen año hidrológico, en el que se ha registrado un importante nivel de lluvias, que han regenerado los acuíferos subterráneos y, lo que es más importante, mejorado la situación de los embalses.

Esto ha sido posible gracias a que las precipitaciones comenzaron casi en las primeras semanas de otoño y se mantuvieron con cierta regularidad a lo largo del otoño e invierno, con un nivel y volumen importante. Como dato baste apuntar que en la actualidad se dispone de 136,75 hectómetros más de agua en reservas que en octubre de 2008, cuando la cantidad embalsada no llegaba a los 115 hectómetros. Los embalses se sitúan en la actualidad con unas reservas de 251,55 hectómetros cúbicos, frente a los 114,8 hectómetros de hace un año.

Diversidad. No obstante, los pantanos de la provincia no se comportan de una forma homogénea y no todos viven esta bonanza hídrica de igual forma. El caso más peculiar es el embalse de La Concepción, que registra un mayor porcentaje de llenado, como suele ser habitual. En su caso, los 32,83 hectómetros de agua que tiene suponen el 57,75% de su capacidad. Sin embargo, en su caso esto supone un descenso respecto a los datos de hace un año, cuando disfrutaba de un 71,24% de ocupación pese a registrarse en plena sequía.

La temporada turística, el final del decreto de sequía (que afectaba a riegos y llenado de piscinas) y la menor carga de trabajo de la desaladora de Marbella podrían explicar esta pérdida de reservas pese a completar un buen año hidrológico. Aun así, las reservas del embalse de La Concepción son las únicas que superan, y ampliamente, el 50% de su capacidad.

Justo en el polo opuesto está el embalse de La Viñuela, el de más capacidad de la provincia y uno de los más castigados por depender de él amplias zonas de la Axarquía y la propia capital en caso de emergencia. Actualmente dispone de 48,32 hectómetros de agua, una cifra mayor que La Concepción, pero muy baja respecto a su capacidad real, de 168 hectómetros. Esto supone que sólo almacene un 28,73% de su capacidad, aunque mucho más que hace un año, cuando apenas superaba el 10%, con 17,8 hectómetros.

El complejo de embalses formado por el Guadalteba, Guadalhorce y Conde del Guadalhorce goza de una notable mejoría respecto a hace un año, llegando a cuadruplicar los datos de octubre de 2008, como ocurre en el Guadalteba, que ha pasado de 16,7 hectómetros a 68,24; o en el Guadalhorce, de 12,5 a 52,86 hectómetros.

Los casos del Limonero y Casasola son distintos, ya que son embalses de regulación, no de almacenaje de agua. Su capacidad máxima es limitada, aunque la tienen y gozan de buenos datos, rondando el 40% de su capacidad en ambos casos.

Casasola ha pasado de 2,2 hectómetros, que es testimonial, a 9,26 hectómetros, mientras el Limonero ha subido de 2,2 a 10,29 hectómetros cúbicos.