Parece extraño, en principio, hallar a estas alturas algo que se escape o, al menos, que no reciba el impacto directo de la actual situación económica. Uno de esos ámbitos o esferas podría ser la vivienda de lujo. No es que la crisis pase de largo ante este tipo de propiedades, sino que se trata de un sector que vive en cierto sentido ajeno a todo este ´big deal´ en el que se ha convertido desde hace un par de años cada elemento, por pequeño que sea, relacionado con la economía.

Aun así, la rebaja de precios –motivada por parte de los propietarios de las viviendas ante la incertidumbre del "puede que no la compren"– se ha notado en relación a otras temporadas. Si hace 24 meses una casa en una zona acaudalada de la ciudad podría costar 600.000 euros, ahora puede encontrarse por varios miles de euros menos. Unido esto a la estabilidad del sector (el perfil del comprador es muy acotado), puede aventurarse que las ventas de estas lujosas y excéntricas –en ocasiones y no en tono despectivo­– propiedades sigue prácticamente en el mismo nivel que por entonces.

Así lo corrobora Angela Schroeder, propietaria de la inmobiliaria del mismo nombre. Esta empresa gestiona las ventas de propiedades lujosas en la zonas Este, Centro y Oeste de la capital malagueña, aunque también ofertan viviendas para bolsillos no tan acaudalados. "La crisis se ha podido notar en estas viviendas, las que van desde los 300.000 a los 700.000 euros, que tienen un precio medio pero dentro del lujo".

Para los más exigentes

Una de las propiedades más caras que la inmobiliaria tiene en la ciudad es una que está ubicada en la zona de El Morlaco, en la que se puede ver la bahía malagueña en casi toda su extensión desde un punto de vista privilegiado, un chalé "típico de Marbella" pero en plena capital de la Costa del Sol.

Siete dormitorios con terrazas privadas, zonas con cocinas y salones para el servicio, cinco chimeneas repartidas por toda la casa (incluso hay una en la cocina)... todo ello distribuido en 500 metros con tres plantas que constituyen esta suntuosa vivienda.

Reconoce Angela Schroeder que las casas de lujo en la ciudad "se mueven muy poco: no hay apenas compradores, los que tienen capacidad económica buscan su residencia en la costa", por tanto, la propia e inherente estacionalidad de este sector, unido al actual panorama financiero, termina por hacer el resto.

"Los clientes se creen que porque hay crisis los precios van a bajar de 600.000 a 400.000 euros, pero eso sucede en ocasiones particulares, cuando un propietario no ha podido vender la casa y opta por malvenderla". Explica que puede ocurrir totalmente lo contrario a este hecho: "Propietarios que piensan que cuando pase la crisis van a poder subir los precios como hace tres años, pero no habrá tanta demanda para la oferta", sentencia. Lo que parece claro es que la vivienda de lujo, como todo, puede recibir impacto de la crisis, pero de por sí es un sector poco ajetreado y más estático.