Santiago Munné es uno de los fundadores de Reprogenetics, que nació en el año 2000 en Estados Unidos como un laboratorio privado especializado en el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), parcela en la que de hecho se erige como pionero. El laboratorio llegó a España en 2003. Este reconocido y prestigioso médico ha visitado Málaga para impartir varias charlas dentro de las VI Jornadas de Reproducción Humana organizadas por el Centro Gutenberg.

–¿En qué consiste esta técnica?

–Hay mujeres que tienen lo que se llaman abortos recurrentes, es decir, han sufrido dos o más abortos y no se sabe la razón. La mayoría de estos abortos presentan anomalías cromosómicas y, si podemos seleccionar a priori los embriones que son cromosómicamente normales, no se producirá un aborto. Por ejemplo, en un grupo de pacientes que en el 90% de los embarazos anteriores habían abortado, después de realizar la técnica, que se llama Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), sólo un 10% de ellas aborta. Es una reducción muy significativa. Estos datos eran con técnicas en las que analizábamos sólo un pequeño grupo de cromosomas, no todos.

–¿Aplican nuevas técnicas?

–Ahora tenemos nuevas técnicas con microarrays, es decir, chips, y podemos analizar todos los cromosomas, por lo que la reducción de abortos será mayor.

–¿Hay mayor tasa de abortos por el retraso de la maternidad?

–Exacto. Obviamente hay dos razones, una por susceptibilidad de que produzca más embriones anormales pero también se compagina con la edad materna. A más edad, más abortos espontáneos.

–¿Qué es exactamente el Diagnóstico Preimplantacional?

–Se hace un ciclo de fertilización in vitro, se le biopsia una célula a cada embrión y a esas células se les hace el test genético que antes era de 12 cromosomas y ahora vamos a introducir los chips con lo que podemos analizar todas las anomalías cromosómicas. Seleccionamos los normales y éstos son los que se transfieren. No hay que olvidar que a más abortos más riesgos de infertilidad y a la vez se incrementa la edad materna con lo que aumentan las posibilidades de producir embriones anormales.

–Existe otra línea que es la posibilidad de evitar enfermedades, ¿no?

–Sí, esta técnica la usamos para muchas más cosas. Nuestro grupo ha demostrado que depende de cómo hagas la biopsia a esos embriones puedes mejorar la tasa de embarazo, si no se hace bien puedes hacer más daño que bien. Tenemos un grupo con el que trabajamos en Estados Unidos que tiene una tasa de embarazo con esta técnica, con los chips, del 80%. Algo impensable hace muy poco. Realmente puedes transferir un sólo embrión y te puedes quedar embarazada con un 80% de posibilidades. Este año vamos ya a introducir los chips. El grado de eficacia es altísimo si se combina con un tipo de biopsia determinado.

–¿Qué otros usos tiene?

–Usamos estas técnicas para los abortos recurrentes, para mejorar la tasa de embarazo en mujeres infértiles o para familias que son portadoras de enfermedades genéticas como fibrosis quística o talasemias.

–¿Hacia donde camina el futuro en reproducción humana?

–A muy corto plazo pasa por el cambio del DGP de biopsiar cuando tenían ocho células a 150. Esto hará que sea más efectivo y, además, usar los chips nos dará más información y una mejor selección. A medio plazo los chips también nos dan información de las anomalías genéticas y permitirán reducir los tiempos y detectar enfermedades que no se sabían que estaban ahí.

–Ahora estamos inmersos en el debate sobre el aborto...

–Todo lo que forme parte de la libertad de la mujer para controlar su cuerpo creo que es bueno. Tienes derecho a reproducirte cuando quieras y si tardas demasiado puedes ser infértil. Estas técnicas te ayudan a reproducirte más tarde. Lo que sí se está haciendo ya bastante en algunos centros americanos es la congelación de óvulos para reproducirte luego cuando quieras. El factor limitante es la producción de ovarios, que baja mucho a partir de los 35 años.