El apoyo institucional lo recibieron el pasado viernes 10 de octubre en persona, en una reunión periódica con el Ayuntamiento. Los responsables de Cultura de la Diputación y la Junta de Andalucía dieron el apoyo expreso de sus administraciones a los representantes de ´La Casa Invisible´, un modelo de gestión cultural ciudadana que nació al calor del Festival de Cine de Málaga de 2007.

Campaña lanzada para su salvación

Como alternativa a la cultura oficial un grupo de colectivos decidió entonces ocupar el número 11 de la calle Nosquera. Dos mil metros cuadrados de terreno expropiados por 2,6 millones de euros por el Ayuntamiento de Málaga y antigua sede de la discoteca Metropol. Mucho antes había sido un colegio religioso. El objetivo de este gesto: convertir en centro cultural unos terrenos para los que el Ayuntamiento aseguraba que no tenía previsto aún ningún uso.

En estos dos años y medio de vida se han sucedido los actos culturales tanto como las reuniones con el Consistorio, el propietario de la vivienda. Por el camino, talleres de iniciación al jazz, conferencias, edición de libros, clases de español para extranjeros, exposiciones y el respaldo de importantes gestores de la cultura como Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía o Santiago Eraso el ex director del Arteleku de Guipúzcoa y responsable de contenidos de la candidatura de San Sebastián 2016.

Santiago Fernández, portavoz de ´La Casa Invisible´, recuerda que el modelo de gestión cultural ciudadana "es normal en las ciudades europeas", aunque reconoce que son pioneros en España, por eso, por Nosquera,11 han pasado responsables de otras experiencias similares de Alemania y Holanda.

Pero el ´quid´ de la cuestión para la docena de colectivos que de momento realizan sus actividades en la casa es abandonar la ilegalidad. "Lo ocupación no es un fin sino un medio, tenemos muy claro que hemos cometido un acto que es ilegal y precisamente por ello tenemos que ser muy sensatos, no negamos a las instituciones y queremos integrarnos en el vecindario", cuenta Santiago Fernández.

Desde el verano de de 2007, se han sucedido las reuniones con el Ayuntamiento, que puso sobre la mesa la posibilidad de firmar un protocolo de intenciones, con una serie de condiciones, entre ellas, que ´La casa invisible´ se convirtiera en fundación en ocho meses, además de las lógicas exigencias de no desarrollar actividades ilegales, entre otras. "Si se cumplían, el Ayuntamiento estudiaría la posibilidad de firmar algún convenio de cesión", detalla Fernández.

Pero por ahora, los desencuentros no han hecho posible que se firme ese protocolo que, como señala la abogada de ´La Casa Invisible´, Amanda Romero "estamos dispuestos a firmarlo mañana mismo".

Además de los respaldos mencionados, la abogada expone tres razones de peso de este proyecto cultural "que quiere dejar de ser ilegal": Primero, no hay otra alternativa municipal de uso para este espacio; Segundo, se encuentra en el Centro Histórico y por último, "porque hemos demostrado en dos años y medio que podemos gestionar el espacio con una programación de calidad".

Romero explica que los representantes de ´La casa invisible´ se reunirán con la Junta y la Diputación este mismo mes para concretar el apoyo que el pasado viernes mostraron en la reunión.

Pero por encima sobrevuela el fantasma del desalojo, una posibilidad a la que el Ayuntamiento se acoge y para la que cuenta con autorización judicial desde el verano.

"El Ayuntamiento lleva sentado sobre la mesa desde junio de 2007", recuerda Javier Ferrer, coordinador general del área de Alcaldía, que concreta que el protocolo de intenciones se presentó a ´La Casa Invisible´ en noviembre de 2008, así como a la Junta y a la Diputación sin que, recalca, desde entonces se haya expresado "un compromiso con el proyecto" y añade que "tras dos años y medio, es normal que exijamos el desalojo, pero seguimos hablando".

Ferrer destacó que una cosa es la ocupación "que no se puede legitimar" y otra el proyecto cultural. En todo caso, admite que una de las soluciones pasaría por un apoyo de las administraciones y el Ayuntamiento pondría el edificio. "Este edificio o cualquier otro, pero sólo si el proyecto tiene calado, no se trata de dar una subvención de 3.000 euros sino de apostar por él claramente", aclara.

Si esto no se produce, dice, llegaría el desalojo además de la oferta, que ya se ha producido, de otros espacios municipales para desarrollar las actividades como el centro juvenil ´La Caja Blanca´ en la Colonia de Santa Inés. En ´La Casa Invisible´ descartan esa posibilidad. Quieren seguir en Nosquera, 11 pero ´con todas las de la ley´.