Buenas noticias para los vecinos de Churriana y Guadalmar. Estas zonas, históricamente más sensibles a los ruidos que puedan proceder del Aeropuerto de Málaga, conocen desde ayer la intención del Ministerio de Fomento de reducir las emisiones acústicas y de CO2 en las operaciones aeroportuarias. Lo hará a través de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), entidad que pretende prohibir antes de fin de año que los aviones más ruidosos operen en Málaga.

Esta medida, de la que también saldrán beneficiados los aeropuertos de Barcelona-El Prat, Palma de Mallorca, Gran Canaria, Tenerife Sur, Valencia y Alicante, está principalmente dirigida a las denominadas aeronaves "marginalmente conformes", es decir, aquellas que están en el límite del nivel de ruido permitido y que AENA identifica en los modelos B747-200-300, DC 8-50/60, B727, Tupolev-154, Ilhusin IL-76 o A300/B2.

Flota. Actualmente ninguna aerolínea española dispone de estas aeronaves en su flota y tan sólo un 1% de las compañías que operan en España disponen de este tipo de aviones. Sin embargo, esta prohibición ya es efectiva en el aeropuerto de Madrid-Barajas desde 2007 y se prevé aplicar en el resto de los 47 aeropuertos de la red.

La primera fase de este plan de acción medioambiental se llevará a cabo en 2010 y, según el sector, permitirá a las compañías aéreas un ahorro por combustible de entre 12 y 15 millones de euros al año. El presidente de AENA, Juan Ignacio Lema, explicó ayer que contempla un conjunto de medidas cuyo objetivo es reducir los efectos de esta actividad sobre el medio ambiente y sobre las poblaciones ubicadas en el entorno próximo de los aeropuertos mencionados.

Aparte de la prohibición de aeronaves ruidosas, el plan contempla otras actuaciones como la implantación de ´aproximaciones verdes´ –maniobras de descenso continuo–; la introducción de maniobras de precisión en despegues; un sistema global de monitorado de ruido, al que podrá accederse desde la web de Aena, y la incorporación de vehículos eléctricos a la flota del aeropuerto de Madrid-Barajas. La aplicación de estas medidas supondrá un ahorro anual de 25.000 toneladas en el consumo de combustible y una reducción de 75.000 toneladas al año en la emisión de CO2, o lo que es lo mismo, entre 100 y 160 kilogramos de combustible por vuelo y entre 300 y 489 kilos de emisiones de CO2 por operación. El sector calcula que solamente en ahorro de combustible las aerolíneas ahorrarán al año entre 12 y 15 millones de euros.

Con este objetivo, en el plazo de un año todos los aeropuertos españoles implantarán ´aproximaciones verdes´ en horario nocturno para reducir el impacto entre cuatro y seis decibelios en las poblaciones situadas a más de 18 kilómetros de las pistas de aterrizaje.

Otra de las medidas es la realización de un estudio para la implantación de maniobras de precisión en despegues (P-RNAV) en los aeropuertos de mayor tráfico, así como el establecimiento de mecanismos que permitan asegurar el seguimiento con precisión de dichas rutas, evitando desviaciones que afectan negativamente a núcleos de población.