Los padres del colegio Julio Caro Baroja tienen miedo de que los casos de contagio se propaguen en el centro y muchos han optado por no mandar a sus hijos a clase. Algunos, incluso, sacaron a los niños de las aulas tras confirmarse los 107 casos de compañeros enfermos de gripe A. A pesar de que los cuadros son leves y de los esfuerzos realizados ayer por la dirección del centro y la Delegación de Salud por mantener la calma, el desconcierto y la desconfianza eran la nota predominante ayer a las puertas del colegio y algunas aulas se quedaron vacías.

Los padres seguían quejándose de la falta de información recibida durante los días anteriores. De hecho, el presidente del AMPA Conde Lucanor, Enrique Cervera, envió ayer varios textos de protesta tanto a la dirección del centro, como a las consejerías de Educación y de Salud. También al Ayuntamiento. En estas cartas expresaba el malestar de muchas familias por no saber exactamente qué estaba pasando. Del mismo modo, ponía en duda que el centro haya puesto en práctica el protocolo establecido para tratar de evitar el contagio de la enfermedad entre los menores, y que se estableció al principio de curso (lavarse las manos de forma repetida, no compartir material escolar entre los compañeros...).

Para tratar de tranquilizar a los padres y de que no se extendiera la alarma, ayer por la tarde se convocó una reunión doble en el comedor del centro (al que no pudieron acceder los medios de comunicación) en la que intervino Yolanda González, jefa del Servicio de Salud Pública de la Delegación Provincial de Málaga, y varios facultativos del ambulatorio de Puerta Blanca, según informaron varios padres que asistieron a este encuentro.

¿Ha sido realmente eficaz esta charla? Algunos padres dicen que sí, que en realidad se ha creado una alarma social innecesaria. Otros, por el contrario, terminaron de convencerse de que lo mejor es que sus hijos no vayan a clase durante una temporada. Según estos padres, las autoridades sanitarias presentes en la reunión ratificaron que se trata del virus A-H1N1, que se propaga con especial virulencia, aunque el tratamiento es el mismo que el de la gripe estacional: cama, líquidos y antitérmicos.

Intranquilidad. Los médicos recomendaron a las familias que sus hijos no vuelvan a clase hasta dentro de diez días, aunque se encuentren mejor y les haya remitido la fiebre, ya que pueden seguir siendo portadores del virus y poder contagiar a otros niños.

"El virus ha venido para quedarse". Es el resumen que muchos padres hacían tras la salida de la reunión. "Nos han dicho que, a partir de ahora, será normal que se registren nuevos brotes de la enfermedad en otros colegios", explicó otra de las madres.

A pesar de toda la controversia, los alumnos no han sido sometidos ni se les va a practicar pruebas para comprobar si lo que padecen es una gripe estacional o el virus H1N1 (gripe A) porque su sintomatología es leve, insistieron ayer fuentes de la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía, que recordaron que estas pruebas no se hacen a no ser que sean personas de riesgo o hospitalizadas.