Sólo está permitido repetir curso tres veces en la etapa que comprende la enseñanza obligatoria. Las tasas de ideoneidad muestran el alumnado que progresa adecuadamente con respecto a su edad, es decir, que va al día en sus estudios, aprobando las asignaturas y promocionando de nivel año tras año. Pero a pesar de todo, casi la mitad de los alumnos andaluces que estudian el último curso de la ESO ha repetido al menos una vez en su etapa escolar y, por consiguiente, tienen más de 15 años. Andalucía, en este aspecto, también está a la cola del resto de comunidades autónomas, y bastantes puntos por debajo de la media nacional.

Esta realidad deja patente la paradoja de un sistema educativo en el que supuestamente se favorece la promoción y, al mismo tiempo, tiene elevados índices de repetidores. Y más aún si se tiene en cuenta las elevadas tasas de abandono prematuro de los estudios, es decir, alumnos que dejan de estudiar sin obtener el título de graduado en ESO después de cumplir los 16 años y dejar de tener la obligación de ir al instituto.

Cuanto más desarrollada es una sociedad, mayor importancia tiene que los jóvenes continúen con su formación más allá de las etapas obligatorias. Sin embargo, Andalucía presenta un serio déficit, ya que en la comunidad autónoma casi cuatro alumnos de cada diez optan por dejar de ir a clase sin lograr la graduación. Este 40%, con seguridad, arrastrará lagunas importantes en materias básicas desde la etapa Primaria que le harán aún más cuesta arriba su progresión académica... hasta desistir.

Diferencias. Según los datos del Ministerio, en el curso 2007/08 (el último del que se dispone información), apenas el 57,7% de los chavales de 15 años estaba matriculado en el último curso de ESO. Es decir, que más del 40% había perdido algún curso durante su escolarización obligatoria. Por comunidades, como es habitual, las diferencias son patentes y nada tiene que ver el País Vasco, Cataluña o Navarra con Andalucía. Las primeras, indiscutiblemente, evitan de manera más satisfactoria el recurso de repetir curso. En ellas aproximadamente el 75% de los jóvenes de 14 años están en tercero de ESO, mientras que las tasas rondan el 70% cuando se trata de los 15 años.

Este mapa de repetición de cursos recuerda al del fracaso escolar. En Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura o Murcia, el 40% de los escolares de 14 años están en algún curso inferior a tercero de ESO, proporción que aumenta todavía más entre los de 15 años, llegando a proporciones próximas a la mitad.

Planes para combatir el fracaso

Nunca hay dos personas iguales. Por supuesto, tampoco hay dos alumnos iguales. Desde siempre, en una misma clase, con un mismo profesor, recibiendo las mismas lecciones y las mismas atenciones, unos escolares entienden la explicación a la primera y otros, sin embargo, les cuesta más esfuerzo y sacan peores notas, puede que, incluso, sacrificándose más que los primeros. Para favorecer el éxito escolar, desde hace cuatro cursos se desarrolla un programa de Acompañamiento Escolar, para mejorar el rendimiento del alumnado con dificultades en el aprendizaje en situación de desventaja socioeducativa.

Este plan se desarrolla este curso en más de la mitad de los centros educativos de la provincia de Málaga. Pero no es el único que persigue los mismos objetivos. El año pasado se puso en marcha, a modo de prueba el programa ´ Extensión del tiempo escolar´. De esta manera, y a tenor de los buenos resultados del primer programa, Educación extendía estas clases de apoyo a otros cursos de Primaria y ESO (en concreto a tercero y cuarto en Primaria y en tercero de la ESO), ya que el plan de acompañamiento ya se desarrollaba en primero y segundo de Primaria y en primero y segundo de Secundaria. Unos 10.000 alumnos se beneficiaban el año pasado de estas clases personalizadas por las tardes, de carácter voluntario.

Los profesores también acuden ´motu proprio´ al colegio por las tardes para atender a estos escolares. Reciben 20 euros por cada hora, que salen del presupuesto de la Consejería de Educación de la Junta (la inversión supera los 2,5 millones de euros, según los datos del pasado curso).

Con este programa, no sólo se mejoran las calificaciones académicas de estos alumnos con necesidades educativas especiales, sino que además se reducen las tasas de absentismo escolar, ya que los alumnos no se aburren y no optan por dejar de asistir a clase.

Del mismo modo, para facilitar que haya más alumnos que continúen con sus estudios en la etapa postobligatoria, este año se ha comenzado a dar la ya conocida Beca 6000. Un millar de escolares malagueños la reciben. Se trata de una iniciativa del Ministerio de Educación que ha asumido la Consejería, que consiste en entregar una ayuda de 600 euros al mes por asistir a clase y aprobar.