Cuando un alumno decide abandonar los estudios no lo hace de un día para otro. Con anterioridad, es probable que haya dejado de asistir a clase con regularidad y sin justificar estas ausencias. Es decir, antes del abandono, se producen casos de absentismo. Cada vez se hace más importante saber detectarlos a tiempo. Entre otras cosas, porque la escolarización es un derecho obligatorio hasta los 16 años. Los padres tienen que ser responsables de la asistencia a clase de sus hijos. El curso pasado, casi dos mil familias fueron advertidas de la obligación de llevar a clase a sus hijos.

El absentismo escolar es la falta de asistencia regular y continuada del alumnado en edad de escolaridad obligatoria a los centros docentes donde se encuentre escolarizado, sin motivo que lo justifique.

Suele ser la punta del ‘iceberg’ que oculta otros problemas asociados de tipo familiar, escolar y social fuertemente interrelacionados.

Existe esta situación cuando las faltas de asistencia sin justificar al cabo de un mes sean de cinco días lectivos en Educación Primaria y 25 horas de clase mensuales en la ESO. Los últimos estudios sobre el absentismo reflejan como las principales causas la presión social, la percepción negativa de los centros escolares, la falta de motivación y el interés por encontrar un trabajo remunerado, según la información aportada por el área de Bienestar Social del Ayuntamiento, que participa en un convenio firmado hace cuatro años con las delegaciones de Educación y de Igualdad y Bienestar Social, de la Junta de Andalucía. Los Servicios Sociales Comunitarios del Ayuntamiento, a través de sus diez centros, una vez se les comunica por parte del colegio o instituto el caso de absentismo, realizan una valoración de la situación del menor e intervienen con las familias para normalizar la situación.

En el caso que el origen del absentismo sea de tipo familiar se dan situaciones de despreocupación o dejadez de la familia, o menores que realizan actividades laborales o de cuidado de hermanos más pequeños en el hogar, situaciones consentidas o impuestas por la familia.

Cuando el origen del absentismo es de tipo social influye el grupo de iguales, las condiciones del barrio, la zona dónde viven y sus arquetipos culturales.

Protocolo de actuación

El primer nivel de detección corresponde al propio centro. Son los profesores los que se ponen en contacto con los padres para averiguar las causas de estas ausencias y recordarles su obligación de mantener a sus hijos escolarizados. Si no entran en razón, son los servicios sociales los que actúan. En los casos en que tras un periodo de intervención de tres meses el absentismo no remite se emite informe a Fiscalía de Menores.

Durante el pasado curso se ha trabajado con 266 centros educativos de Primaria y Secundaria de Málaga. De los 1.882 casos de menores absentistas tratados, el 35 % (652) eran de alumnos de Infantil y Primaria y el 65 % (652) de Educación Secundaria.