El ente Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) acometerá el año próximo la rehabilitación de los dos edificios gemelos que enmarcan la actual estación María Zambrano y que durante casi 150 años sirvieron de acceso a los andenes.

Adif y el Ayuntamiento están ultimando los trámites urbanísticos para ordenar de forma definitiva todo el entorno de la estación de tren y que incluye el destino de estos dos edificios, así como el primer peldaño para el futuro intercambiador bajo la Explanada de la Estación.

El concejal de Urbanismo, Manuel Díaz, explicó que ya están terminando de elaborar el proyecto de parcelación, último paso antes de la aprobación definitiva de la reforma del Plan Especial Renfe. Una vez aprobado, algo que espera que no se demore demasiado, Adif tendrá las manos libres para iniciar la rehabilitación de los dos edificios construidos en 1863 por Antonio Arriate y que son los últimos vestigios de la antigua estación de tren.

El proyecto de rehabilitación, que está elaborado y a la espera de resolver estos trámites para salir a concurso, prevé que los edificios se destinen a oficinas de la propia Adif. Además, esta entidad ha accedido a la petición municipal de reservar una servidumbre de paso en la planta baja y que servirá de acceso al futuro intercambiador subterráneo que proyecta el Ayuntamiento.

De hecho, el Consistorio está elaborando en estos momentos el anteproyecto definitivo de estas instalaciones, que irán bajo la Explanada de la Estación. Los trabajos se centran en adaptar el primer documento al nuevo trazado del metro bajo las calles Mendívil y Eguiluz.

Este edificio subterráneo acogería un gran vestíbulo a la misma altura que la estación del metro de la calle Roger de Flor, con la que se conectaría directamente, al igual que con el Cercanías. Además, se prevén trasladar las líneas de autobuses interurbanos a una planta inferior, liberando el espacio que ahora ocupa la estación de autobuses.

Los trabajos se encuentran muy avanzados y, una vez completados, permitirán conocer el coste de la obra, que el Ayuntamiento espera financiar, al menos en parte, con una concesión de construcción y explotación de las instalaciones, tal y como se ha hecho en Madrid. Allí han sido las propias operadoras de los servicios de autobuses quienes han asumido la inversión de la obra y la gestión.