El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, está dispuesto a seguir el ejemplo de Granada y sacar adelante una ordenanza municipal que permita controlar diferentes actividades que ahora se ejercen de forma alegal en la calle, como es el caso de la prostitución. El regidor apuntó ayer que "en no muchas semanas" dispondrá del borrador de esta ordenanza, que se lleva estudiando desde hace varios meses en Asesoría Jurídica del Ayuntamiento, debido a la complejidad del texto.

De la Torre recalcó que la prostitución será uno de los puntos que abordará el texto, aunque no el único. Esta normativa, al seguir el modelo de Granada, busca regular aquellas actividades que puedan alterar la convivencia ciudadana y que se desarrollan en la vía pública, como son los músicos callejeros o los mimos.

El borrador fue elaborado por la Concejalía de Bienestar Social, quien lo remitió a la Asesoría Jurídica para que estudiara su contenido, ya que no existe una legislación estatal o autonómica en la que apoyarse. La concejala Mariví Romero recordó que se está comparando este proyecto de ordenanza con otros similares de municipios españoles, lo que ha ralentizado el proceso. "Es un tema muy delicado que hay que llevar muy bien estudiado para evitar que nos ocurra como en Barcelona y Sevilla, donde se aprobaron muy rápidamente y ahora no se pueden aplicar".

La responsable de Bienestar Social recordó que esta normativa de convivencia ciudadana se debatirá, una vez que tengan el borrador, con colectivos sociales de la ciudad y la oposición. "Aunque tenemos mayoría absoluta, queremos ir de la mano con el PSOE e IU para lograr el máximo consenso", insistió Romero, que señaló que incluirá un régimen sancionador.

Aunque todavía no se conoce el contenido de esta normativa, Bienestar Social ha planteado un modelo para regular todas aquellas actividades que se puedan realizar en la calle, excepto la mendicidad, que se ha quedado fuera. No obstante, sí que está la regulación del ejercicio de la prostitución en la vía pública, una reclamación vecinal desde hace muchos años y que se ha convertido en un problema en determinadas zonas de la ciudad, como el entorno de la Alameda de Colón y los polígonos.