Pocos restaurantes de la capital están tan unidos a la memoria de los malagueños como ´La Alegría´, el gran establecimiento del Centro, fundado allá por 1893 en la calle Marín García por el cordobés Cipriano Martínez. La gran etapa de ´La Alegría´ comienza en 1948, cuando dos compañeros que trabajaban de camareros en el hotel La Caleta se hacen con el negocio gracias al préstamo de un cliente del hotel. "En mi familia decían que el traspaso costó un millón de pesetas", cuenta Jesús Sánchez, nieto de Pedro Sánchez, uno de los dos amigos que tomaron las riendas del restaurante; el otro era Fernando Mejías, con el que formó una sociedad que también abrió ´La Cosmopolita´.

El hijo de Pedro Sánchez, de igual nombre, quiso entrar en la hostelería con 15 años, dejando sus clases en San Agustín. "A mi padre le encantaba la hostelería, él abría el restaurante, esperaba a que llegara mi abuelo y luego se iba al colegio". Cuando le comunicó que quería trabajar, Pedro Sánchez le dijo a su hijo que primero tenía que hacer unas pruebas en una cafetería de Madrid y más tarde estuvo seis años en ´La Cosmopolita´. Tras esta formación, pudo entrar en ´La Alegría´, pasando eso sí por todo el escalafón laboral.

Los socios Pedro Sánchez y Fernando Mejías renovaron el veterano restaurante, eliminando los reservados e instalando una gran barra. En el establecimiento, de unos 700 metros cuadrados y por entonces unas 90 mesas, había espacio suficiente. La amplitud también se notaba en los clientes. Como recuerda Jesús Sánchez, "cuando entraba de pequeño, a la derecha, en una mesa redonda se sentaba la élite de Málaga y en la barra los trabajadores". A Jesús no se le olvidarán esas visitas a ´La Alegría´ para ver a su padre, un incansable trabajador, ni tampoco las incursiones en la cocina en busca de alguna tapita y luego al almacén, donde le esperaba un eficaz perrillo ratonero.

La variedad de clientes sólo tenía parangón con la de los platos y la calidad del personal (unos 70). "´La Alegría´ fue famosa por la calidad en la comida, por el servicio y la afabilidad". Entre los platos famosos del restaurante, Jesús recuerda el San Jacobo con patatas paja, el rabo de toro, el inolvidable arroz caldoso de los jueves, los buchoncitos de rape, la sopa de mariscos, la ensaladilla rusa ("simple pero efectiva") y la sopa viña AB, que comparte con otros establecimientos de Málaga la autoría de esta gran creación. "Hay quien dice que se inventó ahí. El jefe de cocina de ´La Alegría´, don Salvador y mi padre, quisieron sacar un gazpachuelo diferente". Tampoco hay que olvidar dos postres que muchos todavía recuerdan con nostalgia y apetito: el souflé gran marnier y la tortilla noruega.

Y no hay que olvidar la presentación de los platos: ´La Alegría´ contaba con una persona dedicada a ´adornar´ los platos, algo no muy común por entonces.

Alcaldes, gobernadores, cantantes, el Real Madrid (Pirri y Gento entre otros) y hasta la selección de baloncesto pasaron por ´La Alegría´, un lugar que hasta protagonizaba postales y que tenía por emblema la famosa gitana, dibujada por Rafael Sánchez Campos, el autor del anuncio de Cervezas Victoria. En 1965 fallece uno de los dos propietarios del negocio, Pedro Sánchez, y su hijo Pedro se pone al frente del negocio, que reforma en 1975, reduciendo el tamaño de la barra y aumentando las mesas. Pedro, que llegó a presidir el sindicato de Hostelería y Turismo, fallecería en 1977 a los 45 años. Parte de ´La Alegría´ se fue con él, aunque este trozo de la memoria gastronómica y social de Málaga perviviría hasta hace cerca de una década.