La escuela del futuro ya está aquí. El Plan Escuela TIC 2.0 es una estrategia para la mejora de la educación. La sociedad requiere personas actualizadas y la competencia digital se vislumbra como clave para el desarrollo individual y social en las sociedades actuales. En enero, los alumnos de quinto y sexto de Primaria de todos los colegios sostenidos con fondos públicos recibirán un ordenador portátil, una herramienta tecnológicas como un nuevo lenguaje para aprender. Pero también para enseñar. Por este motivo, sus profesores también tienen que familiarizarse con el uso de las nuevas tecnologías.

La obligación del docente, como la de cualquier profesional, es la de aprender a lo largo de toda la vida. Tiene que reciclarse. Muchos comenzaron a dar clase hace 30 años y, ni por asomo, podrían imaginarse que terminarían su carrera en un aula digital. Lo más difícil para ellos empieza ahora, sobre todo para los profesores que no han encendido un ordenador en su vida. Por ello, ya se han iniciado cursos de formación en los distintos Centros de Profesorado (CEP). Existen hasta tres niveles en función de las competencias tecnológicas que cada docente tenga de partida.

Esteban Llorens, asesor de formación del Centro de Profesorado de Málaga, informa de que desde hace unas semanas se imparten 16 cursos. En cada uno hay matriculados unos 20 profesores. Y la demanda no para de crecer. "Tenemos docentes que es la primera vez que hacen un curso con nosotros", señala. Se realizan por las tardes, fuera del horario laboral, y son de carácter voluntario.

Autoevaluación. ¿Cómo sabe un profesor cuántos conocimientos tiene de informática? En la página web del CEP hay un test con el que cada profesional puede autoevaluarse y así saber en qué nivel ha de matricularse. Aunque la mayoría lo hace en el primero, o ´Módulo 0´, ya que en él se enseña el uso de la pizarra digital, que es táctil, de los proyectores y otros equipamientos "que hasta ahora no existían y hay que familiarizarse con ellos", añade Llorens.

La informática, las nuevas tecnologías, siempre generan cierto respeto, incluso a nivel usuario. Los profesores, además, tienen la responsabilidad de aprender a usar los ordenadores para enseñar a sus alumnos, la mayoría de los cuales ya están acostumbrados a su uso, en su día a día, en sus juegos y en su tiempo de ocio. El reto está ahora en inculcarles que los ordenadores también sirven como herramienta de trabajo. "Y un profesor no tiene por qué temer que sus alumnos sepan más que él, porque lo que el docente debe saber es utilizar el ordenador en beneficio de todos y orientar el buen uso de las nuevas tecnologías" explica Gema Marín, una de las encargadas de impartir estas clases de formación en el CEP, quien asegura que los profesores están muy motivados, "y muchos que eran reacios a la implantación del plan Escuela TIC 2.0, han cambiado de opinión", insiste.

Y lo que puede resultar más atractivo: la introducción de las nuevas tecnologías también servirá para involucrar e integrar en la dinámica del aula a los alumnos que, aunque se les dé regular la Lengua o las Matemáticas, tengan mayores competencias tecnológicas. "Estos escolares van a sentirse muy importantes", añade Llorens.

Resultados. Hasta hace poco, el único ordenador que había en el colegio estaba en el despacho del director o en las aulas de informática. Luego llegaron los centros TIC, en los que dos alumnos podían compartir un mismo ordenador en el aula. A partir de enero, cada uno tendrá el suyo. Y además portátil. Y se lo podrá llevar a casa. La escuela cambia. La experiencia de los TIC (la mitad de los colegios en la capital lo eran) ha sido un primer paso muy positivo, señala Esteban Llorens. Sin embargo, los primeros resultados tardarán en llegar. "Es un proceso lento", admite.

¿El ordenador portátil sustituirá al libro de texto? Ambas herramientas son complementarias y básicas para el aprendizaje. El portátil permitirá a los alumnos comunicarse y compartir con los compañeros y con el profesorado, y aporta nuevas herramientas para el trabajo escolar y la interacción social. "Las clases serán distintas, habrá que fomentar más el trabajo en equipo, serán lecciones interactivas, todo lo más que sea posible, por eso en estas sesiones formativas explicamos a los docentes que tienen que evitar reproducir la clase analógica, que no basta con dictar apuntes o proyectar un documento en pdf en la pizarra. El ordenador permite una mayor comunicación y un seguimiento más personalizado del alumno", agrega el asesor de formación del CEP de Málaga.

En este primera fase anterior a que los alumnos reciban sus ordenadores, la Consejería ha elegido, igualmente, una serie de centros para instalar aulas digitales piloto. El CEIP Pablo Picasso, de la capital, ha sido uno de los colegios elegidos para ello. Estas aulas completan a los medios didácticos tradicionales como el cuaderno, la pizarra o la tiza, potencian el aprendizaje visual del alumnado, aumentando su participación, motivación y su creatividad y permitirá al profesorado impartir clases más atractivas y documentadas.