Una de sus obsesiones es conseguir un buen ambiente de trabajo en la que denomina "la profesión más bonita del mundo". Será por eso que Juan Jesús Peñalver (Murcia, 1956) rompe con el tópico de que los policías odian las entrevistas. Se emplea a fondo para transformarlas en algo constructivo, amable y didáctico. Habla de su trabajo con la misma intensidad que de la fotografía, una afición con la que disfruta desde hace 34 años hasta convertirla en una insustituible compañera de grandes viajes. El color domina sobre el blanco y negro de su obra, pero no le gusta nada ser retratado.

Apenas quedan veinte días para que finalice el año. ¿Se puede ir haciendo ya balance en materia de seguridad durante el año 2009 en la provincia de Málaga?

–Sí que se puede. Todavía quedan unos días para cerrar el año, pero ya podemos hablar de una reducción de la delincuencia de entre un 3 y un 5% en el ámbito provincial respecto al año pasado. También podemos decir que el incremento de la eficacia policial se mueve en esos mismos porcentajes.

¿Qué zonas de la provincia se han visto especialmente beneficiadas de esa reducción delincuencial?

–Por municipios destacan los resultados obtenidos en Marbella, Torremolinos, Benalmádena y en Málaga capital. En el resto de la provincia no hemos mejorado, pero tampoco empeorado. Los datos hablan de una contención salvo en el municipio de Vélez Málaga, donde sí se puede apreciar un leve repunte de la delincuencia.

¿Cómo ha evolucionado su gestión desde que llegó a Málaga en el año 2007?

–Creo que no debo ser yo quien responda a esa pregunta. No sería justo que analizara mi propia gestión porque a los profesionales se nos tiene que medir desde fuera por nuestro trabajo. Sin embargo, creo que estoy en disposición de decir que hemos conseguido mejorar la coordinación interna en la Policía Nacional de Málaga y las relaciones externas del cuerpo en varios ámbitos. Por relaciones externas me refiero a una situación mucho más fluida con los abogados, así como una mayor compenetración con el 061 y el Cuerpo de Bomberos. Todo en aras de los espacios comunes que tenemos que compartir a la hora de trabajar.

¿Cuáles fueron sus prioridades entonces y cuáles son ahora?

El objetivo primero de un cuerpo como la Policía Nacional debe ser siempre la atención al ciudadano, y la traducción más simple de esa atención es reducir la delincuencia.

¿Es la Costa del Sol más segura que hace unos años, cuando sólo se hablaba de crimen organizado y mafias asentadas en el litoral?

Nosotros nos hacemos eco de la situación económica que se vive en Málaga y en el resto de la Costa del Sol. Por ejemplo, si los cruceros son importantes para la capital, somos conscientes de que los visitantes tienen que disfrutar de la ciudad y que se marchen de ella satisfechos. Por tanto, un objetivo importante es evitar que los ´malos´ procedentes del extranjero vengan aquí a medir sus discrepancias. En este sentido, debemos destacar que uno de los datos más positivos del año son los que tienen que ver con las reclamaciones. Las buscas y capturas a nivel nacional y europeo están siendo muy satisfactorias. Además, el total de detenidos en la provincia ha aumentado este año un 10%. Creo que éste es un dato revelador.

¿Es cierto que la presión sobre las organizaciones asentadas en la Costa del Sol ha provocado el desplazamiento de las mismas hacia la zona oriental de la provincia?

–Aquí entramos en la teoría del globo. Si aprietas por un lado, el aire se va para el otro. Nuestro trabajo es presionar más a nuestros ´clientes potenciales´ para que tengan más dificultades a la hora de actuar en la provincia. Esto exige un gran trabajo de inteligencia que está dando sus frutos. Las investigaciones conjuntas con la Guardia Civil y la Policía Judicial están dando resultado, por lo que el mérito no es sólamente nuestro.

¿Pero hay un desplazamiento de esas organizaciones hacia la zona de la Axarquía o no?

–Puede existir algún movimiento, pero no como algo sistemático y destacable. Al menos que nos conste a nosotros.

Uno de los debates más recurridos trata sobre el aumento de la delincuencia como consecuencia de la crisis. ¿Hasta qué punto es así?

–Nuestra obligación es reducir la delincuencia y los datos parecen que reconocen el trabajo realizado hasta ahora . Es verdad que hay delitos que son famélicos, es decir, provocados por la necesidad de comer. Pero la sensación es que realmente la crisis no fomenta la delincuencia porque hay muchos reincidentes.

La percepción del ciudadano es que la Policía Nacional y la Policía Local son dos mundos diferentes. ¿Se puede mejorar la relación entre estos dos cuerpos?

–Claro que se puede mejorar, pero también debo decir que esas relaciones han mejorado mucho en los últimos años. Nosotros analizamos diariamente las incidencias y tratamos de dar una respuesta de seguridad lo más inmediata posible. Difundimos informes y los compartimos con la Guardia Civil y con la Policía Local permanentemente. Es raro el día que no nos pasamos información. ¿Qué más da quién detiene? Colaboramos juntos e incluso compartimos cursos de formación. A veces puede dar la sensación de que ambos cuerpos son dos marcas diferentes, con todos los aciertos y desaciertos de cada uno, pero la realidad es que nos acercamos más que antes y que el trabajo de la Policía Local es excelente.

Antes ha mencionado la reincidencia. En octubre se publicó que durante el mes de agosto se detuvieron en toda la provincia a 850 personas. De esa cifra, sólo cincuenta ingresaron en prisión. ¿A qué achaca esa desproporción?

–Creo que no soy el más indicado para responder a esa pregunta. Sí le puedo decir que las actuaciones de la Policía Nacional están sujetas a la legalidad. Las garantías personales son de la Justicia. Todas las personas que son detenidas son puestas a disposición judicial y son los jueces los que deben evaluar el siguiente paso.

-¿Dónde cree que ha evolucionado más la delincuencia? Entre los jóvenes y/o los menores, en los delitos tecnológicos y en internet o entre las grandes mafias?

–Todo se mueve en función de la evolución de la sociedad. Los delitos tecnológicos son emergentes y nos obliga a prepararnos más y mejor. A la hora de hablar de los menores prefiero ser prudente. Creo que habría que hacer un estudio sereno y preguntarnos si el sistema actual es capaz de poner freno a otras cotas de delincuencia. En cuanto a las mafias, siempre han sido sofisticadas y han requerido una coordinación policial a nivel nacional e internacional con respuestas contundentes.

Otra de las preocupaciones de la ciudadanía se localiza en los temas relacionados con el vandalismo. ¿Es una situación preocupante?

–No. En Málaga sólo se puede hablar de actos vandálicos en momentos muy puntuales. Y cuando se producen es muy importante actuar con discreción.

¿Como el caso vivido en la barriada de Los Palomares en el mes de octubre? Poco se supo de aquellos hechos...

–Sí. Uno de los mejores aliados del vandalismo es el ´efecto eco´ que puede producir en la sociedad. Un hecho puntual puede convertirse en una moda y, a veces, los medios de comunicación pueden ayudar a difundir una tendencia. Creo que ante un hecho puntual hay que dar una respuesta conjunta.

El Día de la Policía, en su discurso, se refirió a una pérdida de autoridad del agente ante el ciudadano. ¿Se refería a los jóvenes o generalizaba.

–Hablaba en general, y es cierto que es un asunto que me preocupa bastante. Cuando se desautoriza la orden de un policía no pasa nada. Incluso agredirlo queda casi impune. Pero esta situación no sólo se vive en el ámbito policial. Este problema también se da con los médicos, con los profesores o en el seno de una familia. Ir más allá sería meterme en un terreno que no me corresponde.

¿Cómo valora los programas de formación conjunta que realizaron junto a los abogados malagueños?

–Fue una iniciativa excelente. Hablamos de dos instituciones que comparten el mismo terreno de juego y tienen que entenderse. Cada uno juega un papel y el respeto entre las partes es fundamental. Siempre surgirán roces y tensión, pero hemos avanzado muchísimo.

¿Cree que ha cumplido un ciclo en la comisaría?

–(Se incomoda un poco). Yo llegué a Málaga hace dos años y medio porque me mandaron aquí. Llegué con una ilusión que aún mantengo y estaré aquí hasta que mis superiores me lo ordenen.

Se lo decía porque el rumor de que vuelve a su tierra suena con fuerza.

–Bueno... Antes de llegar a Málaga estuve en Almería y los rumores tardaron ocho años en acertar. Lo que no puedo negar es que me gustaría volver a mi tierra algún día y trabajar en ella. En todo caso no creo que eso ocurra pronto.