Un espectacular y aparatoso incendio provocó ayer la muerte de una mujer de 79 años de edad y de nacionalidad argentina, Irma Beatriz Beltrán. Éste fue el balance más trágico de un suceso que se inició en una vivienda de la planta 13 de un edificio de 14 pisos localizado en la plaza Villa de Castelldefels, muy cercana a la céntrica avenida de la Aurora.

Así lo confirmaba ayer a este periódico el coordinador general de Seguridad en el Ayuntamiento de Málaga, Florentino Villabona, quien señaló que la fallecida, que vivía en una vivienda contigua a la que se originó el incendio, perdió la vida cuando trataba de escapar de la gran humareda que provocó el fuego. Según pudo saber este periódico, fueron los bomberos los que encontraron el cuerpo de la mujer muy cerca de la puerta de su vivienda y trataron de reanimarla, pero finalmente no pudieron hacer nada por salvarla. Ya había fallecido por inhalación de humo.

Despliegue. Villabona aseguró que el primer aviso se recibió sobre las 18.30 horas de la tarde a través de Servicio de Emergencias 112. Apenas tres minutos y medio después, un espectacular despliegue llegaba a la zona y se cortaba el tráfico de las inmediaciones. Allí acudían cientos de vecinos, numerosos agentes de la Policía Local y Nacional y hasta cinco dotaciones del servicio contraincendios con una treintena efectivos del Cuerpo de Bomberos de Málaga. Comenzaba entonces una labor que combinaba la extinción del fuego y la orden de desalojo de numerosas viviendas del edificio, fundamentalmente de las plantas más altas.

El fuego se inició en el piso 13-A mientras una joven se estaba duchando. Afortunadamente, la chica consiguió salir de la vivienda por su propio pie sin resultar herida. Según explicó su madre, Victoria Amaya, recibió la noticia a través de una llamada de un número desconocido. "Cuando descolgué pude comprobar que era mi hija y me dijo que la casa se estaba quemando", dijo Victoria, quien añadió que lo importante era que "estuviera viva".

El desconcierto de muchos de los vecinos desalojados del edificio era total. Miguel, un joven residente en el mismo inmueble, no entendía por qué a algunos de los vecinos les habían solicitado abandonar el edificio y a otros no. "A mí me dijeron que me encerrara en casa, pero yo he salido corriendo. Llevo tres horas en la calle y aún no nos han dicho cuando podemos entrar", explicó.

Otra mujer explicó a este periódico que había venido desde Rincón de la Victoria para ver cómo estaban sus padres, que viven en la planta 12. "Están bien, pero me han dicho que nadie les ha avisado para que abandonen el piso", dijo.