Hace unos años, en este mismo diario, un reportaje dio cuenta de un hecho narrado por Rafael Cansinos Assens, el maestro de Borges, en ‘La novela de un literato’, sus memorias de comienzos del siglo XX en Madrid. En ellas contaba cómo, gracias a las maniobras de Armando Palacio Valdés, Salvador Rueda no consiguió el premio Nobel. “Nos enteramos a tiempo y lo impedimos”, dijo su envidioso colega. Las causas de esta maniobra tan española: para Palacio Valdés el malagueño era “panteísta y anticatólico”.

Pero una cosa es no pasar al gran templo de la fama mundial, algo que sólo dan los premios Nobel, sobre todo si eres poeta, y otra que la fama local quede ‘manchada’ por un acto que, más que ‘barriobajero’ adjetivo muy anticuado, sólo podemos calificar de ‘subdesarrollado’. Y es que, hasta hace un par de días, en el Parque de Málaga, el monumento al embajador del Modernismo lucía una pintada ‘infecta’, felizmente eliminada. El monumento, por cierto, fue inaugurado en 1931 estando presente el propio autor, ya con unas cuantas décadas encima.

Poco podía imaginar el poeta que, bien entrado el siglo XXI, el monumento serviría para acusar a alguien (no diremos el nombre) de ‘chivato’. El insulto aparecía hasta hace poco en dos de los lados del ‘monolito’ a Salvador Rueda.

Sí que llamó la atención, aparte de este acto de ‘subdesarrollo’ en sí, que el organismo pluricelular autor de la pintada hubiera escrito correctamente la letra ‘ch’ y no la sustituyera por la transcripción lógica en estos casos: ‘shivato’ o incluso ‘shibato’. En todo caso, el daño estuvo hecho.

Más escueto pero igual de infradesarrollado se mostró otro el espécimen que retó a las leyes de Darwin y que hasta no hace muchos días dejó unas iniciales en el torreón del siglo XVII de la calle Granada.

‘OBR’ parecía ser su firma y lo que él quizá no supo es que estas iniciales escondían un mensaje mucho menos enigmático para todo el que pasó por ahí: ‘Obra de un Burro Retrógrado’.

Estas dos pintadas han costado Dios y ayuda quitarlas, y desde luego si la policía pilla a los dos batracios, la ayuda (económica) la tendrían que poner las familias de los grafiteros, en caso de que fueran menores de edad. Como estamos en Navidad, deseemos a estos ‘protozoos del Arte’ que los Reyes Magos les traigan, paz, amor por el Patrimonio de Málaga y madurez artística. Y por favor, que sea pronto.

La dedicatoria

La semana pasada la ‘sala Vivero’ acogió dos buenos conciertos. Tras la estupenda actuación de los teloneros, el grupo malagueño Señor Camoni (sonido Filadelfia con guitarras e instrumentos de viento), llegaron los incombustibles de Tabletom, banda malagueña fundada en 1976.

Su solista ‘Rockberto’ realizó, nada más empezar la actuación una de las dedicatorias más ingeniosas de la historia del rock andaluz. Ahí queda para la posteridad: “Esta canción está dedicada a Tutankamon, que por lo visto era una bellísima persona. Tutankamon nos acordamos de ti”.

Los egiptólogos abundarán, emocionados, en su criterio.

Agua con tapas

La lluvia no frenó ayer a los visitantes en su afán por patearse el Centro Histórico y conocer el tapeo de Málaga. Fue un Día de Navidad pasado por agua en el que volvió a constatarse que la capital ya no es un mero lugar de paso hacia la Costa.