El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Capuchinos ha vuelto a protagonizar otra polémica. Según denunció ayer el Sindicato Unificado de Policía (SUP), una plaga de pulgas se ha extendido por el módulo de mujeres. Además, algunas de las internas han sufrido picaduras.

Los insectos, siempre según el sindicato, han obligado a las extranjeras que esperan su expulsión a permanecer hacinadas en el comedor, "al no existir ningún lugar en el que puedan ser alojadas provisionalmente".

La organización sindical afirma que las condiciones sanitarias y de seguridad del centro son "deplorables", y añade que "la convivencia con plagas de insectos y ratas es algo usual". Actualmente, dice el SUP, existen dos módulos de varones clausurados por amenaza de ruina.

Indican además que el estado en el que se encuentra el viejo edificio supone un riesgo "evidente" para la vida y la salud de los internos, así como para la existencia de los funcionarios de policía que custodian a los inmigrantes.

Sin ir más lejos, la Fiscalía de Extranjería ha denunciado en diversas ocasiones el mal estado en el que se encuentra el edificio, un añejo acuartelamiento militar. Asimismo, ha reclamado en numerosos escritos la necesidad de que se construya un nuevo CIE, a pesar de que el actual ha sufrido continuas reformas desde principios de esta década.

De hecho, el Gobierno y el Ayuntamiento negocian actualmente la cesión de una parcela municipal que acoja el futuro CIE, aunque hay diferencias entre ambas administraciones. Lo que está claro es que el suelo elegido se encuentra en el polígono Guadalhorce, lo que ha molestado bastante a los empresarios que allí desempeñan su actividad.

El SUP no ha sido la única organización en hacer denuncias similares, sino que diversas asociaciones que protegen los derechos de los inmigrantes han llamado la atención sobre el trato que éstos sufren y sobre la precaria situación en la que se encuentran.