La deuda histórica ya es historia", dijo ayer en Antequera la nueva presidenta del PSOE andaluz, Rosa Torres, en una suerte de epílogo pretendido –que no conseguido, o si no que le pregunten a Javier Arenas– del capítulo más feo de los últimos años en Andalucía: el pago de la deuda histórica en solares y edificios. Más que historia, como dijo Torres, será historiada, es decir, "recargada de adornos o de colores mal combinados", según la RAE. O sea, mal hecha.

Queda con esto la sensación de que la deuda histórica, que ha dejado de serlo según Torres, se ha resuelto con sobras. No porque no valgan dinero los inmuebles y suelos, que valdrán, y mucho, aunque aún habrá que cuantificarlo; sino porque al Estado no le ha costado nada cambiar la titularidad de unos edificios por aquí, como el de Correos en Málaga, y de unas parcelas por allá, y allá usted se las apañe para sacarle el dinero a eso. Esto no parece ser deuda histórica, sino ladrillo histórico. Dinero impregnado en cemento que para revertir en el pueblo, es decir, en el objeto de lo adeudado, tendrá que pasar por procesos de venta a promotoras, por ejemplo, que pagarán una cantidad cuya cuantía ya no conoceremos. Al final lo que cobre la Junta irá a parar a políticas públicas, pues sólo faltaría; pero rechina, por de pronto, la falta de claridad –no de transparencia, para los suspicaces– que hay alrededor de este asunto.

Correcciones. Y eso sin tener en cuenta la cuestión de la imagen, de cómo se ha pasado a decir que la deuda historiada sería abonada en contantes y sonantes euros a que, de un día para otro, se aceptara el pago en solares. Y eso sin contar la corrección al alza –muy al alza– que ha habido que hacer a última hora. Si hasta el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, llegó a decir que Andalucía no se conformaría con un céntimo –o un ladrillo, pongan– menos de lo acordado, es que la cosa estaba un poco durilla. Al final, como no podía ser de otra manera, el pago se ha realizado con la transferencia de edificios más o menos valiosos, más o menos bonitos, y solares más o menos caros, más o menos grandes. El PP está que trina con la deuda historiada; así al menos lo demostró ayer Javier Arenas en Antequera, donde coincidió con Rosa Torres, que fue la que dio por cerrado el asunto. Un asunto historiado. joaquinmd@epi.es