Cuando Manuel García Zorrilla era monaguillo en Árchez, subía a tocar las campanas a la torre de la iglesia. En su origen, se trató de la torre de la mezquita del pueblo, construida en el siglo XIII (otros expertos hablan del siglo XIV e incluso del XV) y coronada con un campanario tras la conquista de los Reyes Católicos.

"Me conozco todos los peldaños que tiene", confiesa. En 1960, con 16 años, se fue a Málaga a buscar trabajo, primero en la Térmica, luego como repartidor de la gaseosa La Alcazaba, de dulces y finalmente, trabajando como conserje en el Paseo de la Farola. Ahora, jubilado, ha decidido recrear el antiguo alminar de su pueblo y en su casa del paseo marítimo de Huelin ha levantado, con mucha paciencia, tres réplicas, cada vez más grandes, y ya va camino de la cuarta.

"La primera tardé un año en hacerla. Empiezo a las 7 de la mañana, cuando están todos durmiendo y se me van las horas sin darme cuenta", explica Manuel, quien cuenta que hace unos 22 años, la Diputación de Málaga distribuyó en los colegios recortables del alminar de Árchez, "me traje uno y por ahí tiré del hilo". El archero de Huelin se propuso hacer una maqueta en madera de la torre "costara lo que costara, sin preguntar a nadie, así que si me salía mal, lo rompía".

El resultado final, de momento por triplicado, es un ejercicio de destreza y amor por el detalle. Manuel ha reproducido el alminar con el remate cristiano y dos modelos de la época musulmana, siguiendo otros alminares coetáneos de Túnez y Tremecén (Argelia).

Además, con la ayuda de numerosas fotografías, ha podido continuar la decoración apenas insinuada en la torre actual por el paso del tiempo.

Una de las partes más logradas de los tres trabajos es precisamente la ornamentación en relieve, que Manuel García Zorrilla ha logrado imitar en una sola pieza de madera gracias a su buen pulso con la segueta. "No se me ha partido ninguna pieza", cuenta.

Para la base del alminar, de piedra, ha utilizado chinos de la vecina playa de Huelin, lavados con detergente y pegados con una mezcla de arena blanca y cola.

Manuel confiesa que lo más trabajoso ha sido reproducir el alminar actual, con la veleta movible, hecha con electrodos para soldar y el tejado a cuatro aguas, con piezas de barro auténticas, al que tuvo que colocarle una viga para sujetar la estructura.

Por ahora, este archero y vecino de Huelin ha expuesto su obra en el colegio Eduardo Ocón. Por cierto, que un estudiante extranjero le comentó al ver su obra: "Es parecido a la Giralda de Sevilla".

Ahora quiere emprender un cuarto alminar que medirá cerca de 1,40 y que reproducirá de forma aún más perfecta el estado actual de la torre. El homenaje de Manuel García Zorrilla a su pueblo natal sigue creciendo.