El Diario de Navegación de los jabegotes de ´La Espailla´ de El Palo estrena la página de su séptima jornada con un tempranero desayuno previa marcha a Vilaxoan, Pontevedra. Esto fue el pasado sábado 3 de marzo, cuando los ´mozos´ engancharon el remolque con la barca en una de las furgonetas que les llevaría al destino más deseado de sus protagonistas.

Felipe Foj apunta que la llegada a Santiago de Compostela fue a las 8.00 horas de la mañana. Minutos después, él y sus compañeros se plantaban en la plaza del Obradoiro, jábega incluida. La Catedral de Santiago contempló atónita a ´La Araceli´. La llegada supuso una gran "satisfacción por haber cumplido uno de nuestros principales objetivos". Sin embargo, la sorpresa se prolongó durante algo más de media hora, el tiempo que invirtieron en fotografiar este histórico momento y en atender la curiosidad de muchos transeúntes. Entre ellos, algún que otro malagueño no daba crédito a lo que veía.

El momento era histórico e incluso requirió la nota musical. Fran, el conductor gallego que días antes remó con los marineros de El Palo, emocionó al personal con una inesperada y emotiva interpretación con la gaita. Pura fusión de culturas que hicieron eco en una de las plazas más famosas y transitadas del mundo.

Pero ya se sabe. Lo bueno dura poco y un intercambio de abrazos se convirtió en el inicio del camino de vuelta. Tanto, que los aventureros arribaron a Cambados a las diez. En pleno corazón de las Rías Baixas, ´La Araceli´ miraba de reojo al Atlántico mientras los marineros la cargaban en el camión que la debía llevar a su playa de El Palo. "Aunque el proyecto inicial contemplaba retornar con ella a remolque, por motivos de seguridad (el pronóstico de mal tiempo en todo el trayecto, la previsible congestión del tráfico, etc.) nos decidimos por esta opción", anota Foj en el diario.

Ya a medianoche, y tras la cálida despedida de los representantes de la Federación Gallega de la Cultura Marítima y Fluvial, dos furgonetas iniciaban el regreso por carretera que culminaría catorce horas después. En total, 3.000 kilómetros por carretera, incluidos recorridos en destino y otros 160 remando. Enhorabuena. Prueba superada.