La construcción del túnel del metro en la avenida Juan XXIII está sirviendo casi de banco de pruebas para la futura obra en la Alameda Principal. El falso túnel que hay bajo la plaza Manuel Azaña, y que se ha cortado para abrir la galería del suburbano, acoge un tipo de maquina pantalladora especialmente diseñada para trabajar en zonas con poca altura y que se utilizará bajo la arboleda de los ficus de la Alameda.

De menos altura y más pequeña, esta máquina es la candidata a construir los muros que delimitarán el túnel de la Alameda en la parte más cercana a los ficus del lateral norte de esta vía. De esta forma, no chocará con las ramas de estos ejemplares, como sí ocurriría con las pantalladoras que ahora son habituales en la avenida de Juan XXIII y calle La Unión, con más de diez metros de alto.

El uso de esta máquina bajo el falso túnel de Juan XXIII viene obligado por la necesidad de mantener el tráfico sobre la plaza de Manuel Azaña, una de las principales salidas de la ciudad al unir la avenida de Andalucía y la ronda Oeste. Eso supone mantener el falso túnel y trabajar ´bajo techo´, pero un techo por debajo de la altura de las pantalladoras normales. De hecho, no hay más de 7,10 metros entre el suelo y la cubierta del falso túnel.

Esta máquina trabaja igual que sus ´hermanas mayores´, pero con un poco más de lentitud al ser más pequeña. Por lo pronto, la cuchara para extraer la tierra tiene menos capacidad, lo que ralentiza esta fase, y excava las paredes del túnel a una profundidad de 14 metros, frente a los 22 de las de mayor tamaño. Esa diferencia se compensa por el hecho de que el falso túnel de Juan XXIII está más bajo que el resto del trazado.

Una vez excavado el hueco, con una longitud de 3,5 metros por tramo de pantalla (o batache) se introduce un armazón de hierro para darle consistencia al hormigón. Se coloca en tres o cuatro piezas, no en una como es lo habitual, que se van soldando antes de colocarlas. Tras ello, se vierte el hormigón para que fragüe.

Es un sistema más lento, pero que permite trabajar en espacios más constreñidos y que se usará en la Alameda para compatibilizar el respeto a los árboles con la construcción del túnel.

Seguridad. Para trabajar dentro del falso túnel, la concesionaria ha instalado 22 anclajes por lateral consistente en unos agujeros de 12 metros de profundidad en los que se han introducido cables de acero tensados y que se han fijado al terreno con 7 metros de mortero. Eso permite asegurar la estabilidad del terreno al rebajar casi dos metros de la calzada.