Trabajan con precisión de metrónomo. Se les ve armados de gafas y concentración, rodeados de maquinaria y camisas fantasmales. Su labor es esencial para hospitales y hoteles de la provincia. Los empleados de la lavandería Flisa se han ganado el reconocimiento del sector. Se admira el acabado de sus prendas, la rapidez en la entrega. Son profesionales y discapacitados, una lección para el mundo prejuicioso y pretérito.

La firma, perteneciente al Grupo Fundosa, de la ONCE, emplea en Málaga a casi un centenar de personas. La diversidad se mide en problemas de audición, en dificultades psíquicas, en movilidad restringida. Unas características que no impiden su dominio del proceso, adaptado, en palancas y cuadros de mando, a la modernidad.

Diez minutos en la empresa, situada en el Polígono de Guadalhorce, son suficientes para cerciorarse de que no se trata de caridad. La firma, que trabaja para los hospitales públicos de la provincia y establecimientos de renombre de la Costa del Sol, cuida hasta el mínimo detalle. Ricardo Laza, director del centro, da algunas cifras. El equipo maneja al día más de doce toneladas de ropa, se sirve de métodos pioneros para evitar la contaminación. El recinto es cartesiano hasta el extremo. Dos naves interconectadas separan las prendas limpias de la suciedad, el material cruza el techo, las lavadoras funcionan a razón de 600 kilos por hora. Cada fardo tiene su itinerario. Incluso, una máquina pesa las diferencias entre los paquetes recién llegados y después de haber recibido el tratamiento. La seguridad es clave.

Las máquinas operadas por los trabajadores parecen el sueño de un inventor romántico. La ropa cruza pendientes, entra sucia por ranuras y se introduce en otras para las tareas de planchado. Raúl López, concejal de Accesibilidad, elogia los resultados del proyecto, que fue visitado ayer por el director de la ONCE en Málaga, Cristóbal Martínez. "La empresa tiene 27 centros similares en el resto del país y da trabajo a 2.400 personas, algo bastante significativo en esta época de crisis, en la que los discapacitados son muy vulnerables", dijo.