De Málaga siempre se ha lamentado que sus dos pilares económicos, el turismo y la construcción, no sean dos sectores de mucho valor añadido, lo que redunda en una alarmante baja productividad (para los entendidos, el cociente que resulta de dividir los resultados obtenidos por los recursos invertidos para lograrlos) y, lo que más le interesa al ciudadano común, en unos salarios bastante por debajo de la media. Regiones donde la industria o la tecnología son más preponderantes tienen de largo unos sueldos más altos que los de Málaga, aunque también, todo hay que decirlo, unos precios y un nivel de vida más oneroso.

Según los últimos datos disponibles en Hacienda facilitados por el colectivo de técnicos Gestha, los malagueños asalariados (lo que trabajan por cuenta ajena) declararon en 2008 un salario anual de 16.269, con una paga mensual equivalente de 1.162 euros. Lo más llamativo es que, según las cálculos elaborados a partir de estos datos por Comisiones Obreras, hasta el 52% de los trabajadores malagueños, más de 300.000 personas, estarían en el umbral del ´mileurismo´.

Sí hay que hacer una salvedad: como los datos parten de los ingresos anuales computados por Hacienda, a muchas personas que tienen contratos temporales, la media salarial les baja por el hecho de tirarse algún mes en el paro mientras esperaban a una nueva contratación.

Diferencias por sexo. De esta forma, la cifra sitúa a Málaga en los vagones de cola del ranking nacional, en concreto, en el puesto 35 de 48 (en la lista no están ni las tres provincias vascas ni Navarra por tener otro régimen fiscal), casi 8.000 euros por debajo de lo que se cobra en Madrid y 6.000 menos de lo que lo hacen los madrileños.

Las diferencias de sueldo en Málaga son, además, muy sensibles en lo que se refiere a hombres y mujeres, ya que ellos cobran una media de 1.325 euros al mes mientras que ellas se quedan en los 950, es decir, sin llegar a ser ´mileuristas´. La explicación a estas diferencias, según explica el secretario de CCOO de Málaga, Antonio Herrera, es que las mujeres están mucho más sujetas a las contrataciones a tiempo parcial (trabajo por horas) y a la concatenación de contratos temporales que les hacen estar varios meses al año en el paro.

"Es necesario cambiar el modelo productivo, introduciendo de forma integral las nuevas tecnologías en todos los sectores", comenta Herrera a propósito de la productividad. También lamenta la preponderancia de los contratos temporales en Málaga (de cada diez que se firman, nueve son temporales y sólo un es fijo), algo que, a su juicio, lastra la productividad. Las estadísticas reflejan esta relación inversa: si Málaga es 13 por la cola en cuanto a salarios en España, sí ocupa el octavo puesto por arriba en temporalidad.

Los bajos salarios de Málaga también han sido denunciados en reiteradas ocasiones por el secretario general de UGT, Manuel Ferrer, que lamenta además que el contexto de crisis se esté utilizando para promover instrumentos como el denominado contrato único, que sólo tendría ocho días al año de indemnización. "Sólo servirá para acabar con el despido improcedente y para llevar a la completa indefensión al trabajador. Hay empresarios que sólo plantean aprovecharse de la crisis", afirma.

Por su parte, el vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, reconoce que los salarios de la provincia han sido tradicionalmente bajos y que la dinámica es difícil de cambiar, sobre todo con la crisis. "En Málaga se han dado de siempre circunstancias que provocan que los sueldos no sean tan altos como en otras provincias. Tenemos los sectores que tenemos", señala De Lara, que cree que las soluciones pasan por una mejora del sistema educativo que genere trabajadores más cualificados.

Hay que fijarse también en los ingresos de los desempleados. Según los datos del Ministerio de Trabajo, en Málaga, un 82% de los desempleados –casi 140.000 personas– reciben alguna prestación. Casi 30.000 quedan fuera, aunque los sindicatos elevaban ayer esta cifra a 48.000.

De los que están todavía cubiertos, y siguiendo las cifras de Trabajo, 56.600 cobran la prestación contributiva (el derecho a paro propiamente dicho por haber cotizado durante un periodo superior al año). Otros 64.000 perciben el denominado subsidio por desempleo (lo que se conoce como ayuda familiar), mientras que 6.800 cobran la renta activa de inserción y 11.000 personas el subsidio agrario.

A esto hay que añadir el famoso Programa Temporal de Protección por Desempleo e Inserción (PRODI), que prolonga por seis meses una ayuda de 426 euros a desempleados que acaban todas las coberturas. Desde agosto de 2009 se han recibido 33.424 expedientes, de los que ya se han aprobado 25.359 expedientes y otros 5.740 se han denegado.