La apertura de nuevos negocios en la ciudad será mucho más sencilla con la nueva ordenanza municipal que regula este proceso administrativo y que elimina la obligación de obtener una autorización municipal previa. Sólo será necesaria la firma de la llamada ´declaración responsable´ por parte del empresario.

La concejala de Comercio, Purificación Pineda, presentó ayer el borrador de esta nueva ordenanza, que se aprobará hoy en la junta de gobierno local y que adapta la normativa municipal a la liberalización impuesta por la Unión Europea (UE). Esto significa la práctica desaparición de la autorización previa municipal, eliminando los actuales trámites administrativos y las esperas, que ahora se cifran en tres meses entre que se pide la licencia y se concede.

El objetivo es que esta ordenanza pueda entrar en vigor a finales de julio, como muy tarde, limitando al Ayuntamiento a una labor inspectora de las iniciativas para comprobar que cumplen con la normativa.

La obligación de obtener una licencia de apertura previa se mantendrá, no obstante, para aquellas actividades que se cataloguen como espectáculos públicos o requieran un informe de bomberos sobre la seguridad de las instalaciones. Será el caso de establecimientos destinados a restaurantes, cafeterías, discotecas, bares, bingos, cibersalas, gimnasios o cines, entre otros.

La liberalización que se consigue con la nueva ordenanza afecta principalmente a actividades comerciales como la venta ambulante, los quioscos, puestos de feria, mercados, garajes o empresas en una vivienda si no ocupan más del 40% de la superficie.

Pineda señaló que en los últimos dos años el Ayuntamiento ya había simplificado estos trámites, permitiendo un ahorro de 20 millones de euros al reducir la espera de un año a tres meses. De hecho, se ha pasado de 6.000 expedientes pendientes en 2008 a ser sólo 900 en este año.