Cuando mire a la izquierda estará Isabel Pantoja, su compañera sentimental entre 2003 y 2008 –aproximadamente–; cuando lo haga a la derecha, encontrará a su ex esposa, Mayte Zaldívar. Julián Muñoz, seguro, preferirá observar al tribunal. Sus magistrados serán los personajes más amigables que encuentre en la sala cuando los tres juntitos y revueltos sean juzgados por blanquear presuntamente millones de euros procedentes de actividades ilícitas.

En febrero de 2002, Jesús Gil fue inhabilitado tras la condena del ´caso Camisetas´. Con el emblemático Pedro Román retirado –de la actividad política– y José Luis Sierra caído en desgracia, el todopoderoso presidente del Atlético de Madrid optará por Muñoz para que lo sustituya al frente de la alcaldía. En este tiempo, firmará convenios hasta encima de los coches, como él mismo reconoció en un juicio. Se fiaba de don Jesús. Tanto que años antes le había organizado una manifestación para protestar por su entrada en prisión preventiva. Arrasó en las elecciones de mayo de 2003. A finales de 2002, se separó –oficiosamente– de Mayte Zaldívar, compañera de fatigas en los difíciles años de hostelería. Y conoció a su gitana, Isabel Pantoja, en la Feria Internacional de Turismo de Madrid de 2003. Allí se gestó la venta del apartamento del Guadalpín. Y comenzaron, según los analistas del corazón, cuestiones de mayor enjundia. La excusa era que la viuda de España debía ser imagen de Marbella. Consejo de grandes estrategas de comunicación, sin duda.

Zaldívar sabía ya lo que había, pero aceptó hacer como que no lo conocía por el bien electoral de Gil y de su partido. Dio, junto a Muñoz, una rueda de prensa para negar que le hubieran puesto los cuernos. Pero El Rocío la despertó de un mal sueño. Eran los años de vino y rosas para Julián Muñoz e Isabel Pantoja, alcaldesa oficiosa de Marbella.

La Policía Local y la soberbia protegían su amor, mientras él le preguntaba ante Jesús Quintero: "Gitana, ¿tú me quieres?". Pero todo tiene un fin. En agosto de 2003, la Junta de Andalucía le pide al todavía alcalde que destituya a Juan Antonio Roca como gerente de Urbanismo. Así lo hizo Muñoz. Y éste fue el principio del fin. Sólo diez días después, sufrirá una moción de censura que lo apartará definitivamente del poder. Su relación con Pantoja se fortaleció, para apagarse paulatinamente cuando él ingresa en prisión (2007). Allí no recibe la visita de la tonadillera y él, incluso, se pone en huelga de hambre. Le dura dos días, pero al menos hace ruido. Lo dejan por las revistas. Ahora todos compartirán banquillo. El fiscal dice que Zaldívar y Pantoja se prestaron al juego de amor y blanqueo del ex alcalde. Presuntamente, claro.