La crisis, más allá de los números macroeconómicos, está teniendo unos efectos devastadores en la economía de numerosas familias malagueñas. Nada menos que unas 12.000 se han sumado a los usuarios habituales de los servicios sociales de la ciudad. Eso ha ocurrido en sólo un año y es una tendencia que se está manteniendo en el primer cuatrimestre de este año, según el Ayuntamiento de Málaga.

La concejala de Bienestar Social, Mariví Romero, señala que durante el año pasado se atendieron 52.000 peticiones de ayudas de familias malagueñas, una cifra que es un 30% superior a la registrada durante 2008 al sumarse 12.000 peticiones de personas nuevas que se han encontrado sin recursos, fundamentalmente por la pérdida de empleo.

"No todas estas familias están bajo el umbral de la pobreza, algunas han acudido por un problema puntual", explica Mariví Romero, quien asegura que la progresión registrada en estos meses "es similar, no bajan los datos".

"Este incremento viene acompañado con la creación de un nuevo perfil con personas que no están en situación de pobreza pero que necesitan de un apoyo extraordinario", relata la concejala de Bienestar Social.

La razón principal que ha motivado este incremento de las atenciones sociales es el final del cobro de las prestaciones por desempleo, una circunstancia que se aceleró a mediados del pasado año 2009. "Muchos no tienen una red de apoyo familiar y no pueden cubrir sus necesidades básicas", indicó Mariví Romero, quien agregó que la mayoría "tras pagar todas las facturas, se quedan sin dinero para la comida".

Dentro de estas 12.000 nuevas familias con problemas se encuentra un alto porcentaje de inmigrantes, con menos recursos y contactos. Pero también una mayor preeminencia de la mujer, como la principal afectada por la situación de carestía.

El director de Cáritas en Málaga, Anselmo Ruiz, aseguró, por su parte, que se están multiplicando los desahucios a familias jóvenes, una medida que "no soluciona nada, porque deja a la familia en la calle y ni siquiera los bancos quieren la vivienda".

El responsable de Cáritas pidió una alternativa para frenar estos embargos por impago de la hipoteca, ya que afectan a parejas jóvenes en su mayor parte "y con hijos pequeños".