­­­­Tres años en política dan para mucho y más aún en una provincia acostumbrada ya a las trifulcas y a un bipartidismo cada vez más acentuado y poco amable. Hoy se cumplen tres años de la última cita con las urnas para unas elecciones municipales y en esos 1.095 días Málaga ha vivido catorce cambios en alcaldías y seis mociones de censura en la que ha sido una de las legislaturas más convulsas de la reciente historia democrática.

El desencuentro en este tiempo ha ido más allá de lo municipal. Han tenido más que ver otros factores como lo orgánico, lo judicial la crisis económica, la corrupción urbanística y una ética de doble filo, con las miras puestas en demasiadas ocasiones en el futuro que llegará en 2011 y no en el presente, en la gestión diaria.

El primero en dejar el sillón de la alcaldía fue el socialista Agustín Moreno, en Mijas. La polémica que generó su alto sueldo acabó con su dimisión tras una década de mayorías absolutas, aunque en 2007 el PP le recortó bastante distancia. Le sustituyó Antonio Sánchez, que será el candidato.

En 2008 llegó el primer escándalo: el «caso Astapa» desmembraba el Ayuntamiento de Estepona, con su alcalde, Antonio Barrientos, y varios ediles imputados y encarcelados. David Valadez tomó las riendas de un Consistorio que a duras penas consigue sobrevivir, dada su nefasta situación económica una vez pasada la era dorada del ladrillo. Pero el municipio esteponero no ha sido el único que ha tenido que cambiar de regidor por cuestiones judiciales. En Alcaucín, su alcalde, José Manuel Martín Alba, también resultó detenido a principios de 2009 en la operación «Arcos», y su sutitución terminó teniendo mucho de rocambolesca, ya que el PSOE perdió la alcaldía en el último minuto por el apoyo de una de sus ediles al PA.

Sayalonga es otro caso reciente. Allí el alcalde, el socialista José Luis Navas, dimitió a finales del pasado año tras se condenado por la concesión de una licencia en suelo no urbanizable, aunque después la sentencia fue revocada.

Por cuestiones urbanísticas se produjo también la salida del alcalde de Carratraca, Óscar Román, aunque en este caso sin tribunales por en medio. El regidor se enfrentó a la Junta por su manifiesto rechazo a las nuevas leyes de ordenación, que podían perjudicar a numerosos vecinos con viviendas en núcleos rurales, y por los impedimentos que encontraba para hacer cualquier modificación en el casco urbano, que está protegido.

Vélez, el inicio de la guerra

La guerra latente que PSOE y PP tienen abierta en la arena municipal tuvo su germen en la moción de censura de Vélez Málaga, que desbancó al alcalde popular Francisco Delgado Bonilla merced al acuerdo entre socialistas, el grupo de independientes de Torre del Mar e IU, que dejó como alcaldesa a María Salomé Arroyo.

Fue en octubre de 2008 y apenas siete meses después el PP contraatacó. Un acuerdo con los partidos de centro-derecha de Benalmádena posibilitó otra moción de censura que le quitó al PSOE uno de sus ´reinos´ más preciados. Enrique Moya sustituyó a Javier Carnero. Y sin tiempo que perder, otro ´round´ para los socialistas, que a finales de mayo de ese año firmaron un acuerdo de gobierno con el alcalde andalucista de Ronda Antonio Marín Lara, que finalmente desembocó en el trasvase del propio regidor y sus concejales a las filas socialistas.

Otro municipio que ha sufrido moción de censura es Gaucín, donde PP y PA quitaron la alcaldía al PSOE. Pero después las cosas no han sido fáciles. Tanto que después de varias polémicas el nuevo regidor, el popular Francisco Ruiz, anunció su intención de dimitir el próximo junio.

Hace siete meses, el PSOE perdió la alcaldía de Benaoján de nuevo por moción de censura. Y en septiembre de 2009 un acuerdo de PSOE y PA con la edil Josefa Torres, que había denunciado al alcalde, provocó la salida del popular Rafael Sánchez Lavado en Sierra de Yeguas. En Alozaina la moción de censura fue muy particular, ya que fue el propio PSOE quien la presentó contra su alcalde en abril de 2009.