Varias promotoras han detectado en los últimos meses una reactivación de las ventas de viviendas en la Costa del Sol respecto al pasado año, aunque señalan que persisten las dificultades de financiación.

El consejero delegado de Myramar, Miguel Rodríguez Porras, ha explicado que están vendiendo más pisos que el pasado año porque «la gente ha tomado conciencia de que los precios no van a bajar mucho más», y también ha reconocido que la crisis ha modificado las pautas de comercialización y «ahora manda el cliente».

En concreto, esta promotora ha cuadruplicado sus ventas este año y ha observado la recuperación de la clientela extranjera, caso de una promoción de Mijas-Costa, donde han adquirido viviendas británicos y rusos con fines vacacionales. Esta promotora apuesta por el mercado de las VPO, que en los próximos años puede ser «muy importante» si existe financiación, ya que la ley establece la reserva de un 30 por ciento de suelo para viviendas protegidas.

Problemas de financiación

Según Rodríguez Porras, los problemas de financiación se mantienen, como demuestra que esta empresa haya tardado casi un año en conseguir el dinero para sufragar una promoción pese a que ya tenía todas las viviendas vendidas.

Por su parte, el presidente del consejo de administración de Edipsa, Francisco Javier Porras, ha manifestado que desde finales del pasado año hasta la fecha se ha producido un mayor movimiento de ventas, pues el sector venía de «un mercado muerto». «Eso no quita –ha dicho– que veo una situación económica complicadísima, pero al menos tenemos otro ánimo».

El presidente de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga, José Prado, ha indicado al respecto que ha constatado una ligera recuperación de las ventas en Málaga capital y su área metropolitana, a la que ha contribuido el Salón Inmobiliario (SIMED), donde las promotoras efectuaron una media de doscientos contactos que «siguen trabajando».

En cuanto a las dificultades de financiación, Prado ha manifestado que siguen «igual» que en los últimos meses, «al libre albedrío» de cada banco, y que para el sector esto constituye «un problema».