Los indicadores del sector inmobiliario en Málaga en lo que llevamos de 2010 continúan fijando un tenebroso panorama, incluso en comparación con el catastrófico curso de 2009. Pese a que el sector se agarra a ciertos síntomas de recuperación como una mayor afluencia de clientes en las casetas de pie de obra o a la culminada revisión de PGOU tan significativos como el de Marbella, los datos son tozudos y reflejan una nueva debacle en las compraventas de viviendas. Tras el último dato hecho público ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE),en el primer cuatrimestre de este año se han vendido en Málaga un total de 7.056 inmuebles, un 23% menos que las comercializadas en el mismo period0 del anterior ejercicio (9.231) y un 54% por debajo que lo que se vendía en 2007, el último año del boom inmobiliario (entonces fueron más de 15.000 en el primer cuatrimestre).

El dato viene corroborado por los que manejan los Registradores de la Propiedad, en este caso correspondiente al primer trimestre del año. La caída es del 13% en relación al anterior ejercicio, con una particularidad: cae mucho más la vivienda nueva (-17%) que la usada (-7%). Es más en el último mes de abril se vendieron en la provincia más casas de segunda mano que nuevas (825 por 807), algo que para los expertos tiene una fácil explicación. «Es que los que más casas están vendiendo ahora son los bancos, que embargaron estos pisos en su día a los promotores que no podían pagar sus deudas. Esas operaciones se computan como pisos de segunda mano, y se rigen por el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, y no por el IVA», afirma José Antonio Pérez, director general del Instituto de Práctica Empresarial (IPE) de Málaga.

Pérez reconoce que el momento sigue siendo delicado, pero prefiere ver la botella medio llena, y pensar que todas estas ventas a cargo de bancos y cajas sirven para aligerar poco a poco el stock de viviendas sin vender que acumula Málaga, y estimado entre las 25.000 y las 30.000 unidades. A su juicio, el sector tocó fondo en verano de 2009 y ha iniciado una tímida recuperación que debe consolidarse una vez que pase este verano. «Hay que esperar a los datos del segundo cuatrimestre del INE. Si siguen dando bajadas en Málaga habrá que concluir que esa tendencia de subida no ha ido a más», señala cauto.

Optimismo a nivel nacional

Lo cierto es que los datos de Málaga contrastan con la media nacional, donde la recuperación parece algo más clara. En España, la venta de viviendas se incrementó el 17,6% el pasado abril frente al mismo mes del año anterior, con lo que fue el cuarto mes consecutivo de subidas. En Málaga, en cambio, y mirando los datos consolidados de 2009 que maneja el INE, ninguno de los meses de este 2010 ha traído subidas. Sí es cierto que Málaga presenta una media de 1.700 viviendas mensuales vendidas, un nivel mucho más elevado que el de la mayoría de las provincias. De hecho, y según el cómputo de los Registradores de la Propiedad, Málaga es la quinta provincia que más vende de España tras Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante.

Por lo que respecta a las perspectivas de próximos meses, los expertos coinciden en que las ventas continuarán al alza. Para el secretario general de la asociación de las mayores inmobiliarias G14, Pedro Pérez, abril muestra que la demanda ha comenzado a recuperarse en España, aunque las ventas se mantienen «muy lejos» del volumen alcanzado en los años anteriores a la crisis, cuando rondaban los 450.000 inmuebles al año. La tendencia continuará si la situación financiera «se normaliza» y los bancos conceden más financiación a los compradores.

Por su parte, el consejero delegado de la consultora inmobiliaria Irea, Mikel Echavarren, aseguró que el incremento de las ventas es un proceso «imparable» que continuará durante los próximos meses. Según Echavarren, la demanda ha experimentado una «recuperación paulatina» desde 2009, gracias al ajuste de los precios y a las elevadas tasas de ahorro, que, a su juicio, son comparables con las de «países emergentes». Añadió que «la salida natural» de esos ahorros son las compras, y que las últimas han sido realizadas por «compradores de necesidad y no por especuladores», a precios «moderados» que oscilan entre los 250.000 y los 300.000 euros.