El preso se la jugó a una carta y ganó. Al menos hasta el cierre de esta edición, cuando la Guardia Civil no había conseguido localizar el rastro de un reo que salió por piernas y dejar atrás a una pareja de agentes que lo custodiaban durante una visita al médico.

Aunque no es la primera vez que se produce un hecho similar, el caso toma una mayor dimensión al tratarse de un preso que no parecía estar en condiciones de conseguir un reto que le ha dado un botín repleto de libertad. M.D., de 45 años, que está condenado por delitos de hurto y estafa y se encontraba en prisión preventiva en el penal de Alhaurín de la Torre, está en paradero desconocido después de su último gran engaño.

Los hechos se produjeron ayer a mediodía en las instalaciones del Hospital Marítimo de Torremolinos, centro en el que el preso tenía una cita con el traumatólogo que debía examinar la evolución de su pierna. Según las fuentes consultadas, el protocolo por el que la Guardia Civil se encarga de este tipo de traslados se ejecutó correctamente hasta que saltó la sorpresa. El recluso, que según testigos presenciales iba sin grilletes al tener que usar una muleta para caminar con mayor facilidad, se desprendió de ella y arrancó en una desenfrenada carrera que nadie sabe dónde finalizó.

A la carrera

Según fuentes de este periódico, la sorpresa de los agentes fue mayúscula, ya que el uso de la muleta por parte del presidiario estaba plenamente justificado después de que la pasada semana fuera sometido a una intervención quirúrgica en una pierna. Sin embargo, M. D. no sólamente consiguió dejar atrás a los agentes que le acompañaban, sino que tuvo fuerzas para saltar el muro perimetral del recinto hospitalario. Superado el obstáculo, de menos de dos metros de altura, el fugitivo accedió al recinto de un hotel colindante, lugar en el que definitivamente se le perdió el rastro.

Fuentes hospitalarias apuntaron que los hechos sucedieron poco después de que el vehículo de la Guardia Civil llegara a la zona de aparcamientos del Hospital Marítimo de Torremolinos. En este sentido, destacaron el hecho de que el incidente no se produjo en el interior del complejo sanitario, por lo que la fuga del preso no provocó ningún tipo de incidencia en la actividad del hospital. El recluso, que ha estado ingresado en otros centros penitenciarios españoles y al que no le consta ninguna fuga anterior, ingresó en la prisión de Alhaurín de la Torre el pasado 6 de septiembre.