La tradicional sede de Correos en Málaga, situada en el emblemático edificio de la avenida de Andalucía, junto al río Guadalmedina, cierra hoy sus puertas al público en lo que supone el primer paso de un progresivo abandono del inmueble por parte de la empresa pública de servicio postal. El motivo es la restitución que Correos debe hacer del edificio a Patrimonio Nacional, después de que el Gobierno lo incluyera el pasado mes de marzo en el catálogo de propiedades que serán cedidas a la Junta de Andalucía como pago de la denominada deuda histórica. El proceso tardará aún varios meses en culminar, ya que aunque cierra el servicio al público –planta baja y primera planta–, el resto de plantas ocupadas por Correos con servicios administrativos y unidades de reparto seguirán activas como hasta ahora.

Correos explicó ayer que, para minimizar los efectos de este cierre, se han ampliado y renovado la red de oficinas postales en toda Málaga capital, con especial atención en las seis sucursales de la zona centro, de cara a garantizar un servicio de la misma calidad que hasta ahora. En cuanto a los envíos que quedan en el edificio pendientes de reparto por no haberse podido entregar en los domicilios, Correos avisará a los destinatarios para que recojan esos envíos en las oficinas de referencia que se les indique. El cierre de la atención al público provocará el desplazamiento de uno 70 trabajadores a las otras oficinas. Pero cerca de 200 continuarán trabajando en sus actuales dependencias.

Pasado y futuro

El edificio de Correos mide más de 62,30 metros y tiene 13 plantas y fue construido por la empresa constructora Cubiertas y Mzov a partir del proyecto diseñado por los arquitectos José Luis González y Juan Salabert. A pesar de su espectacularidad, el edificio ha sufrido los rigores del tiempo, sobre todo en su revestimiento externo. Con ese motivo, en los últimos años se acometieron obras para reparar los desperfectos ocasionados en los veinte an?os de vida del edificio en la estructura, pese a estar hecha de hormigón, por la proximidad al mar y el efecto de la salinidad. No obstante, en los últimos meses se han producido algunos desprendimientos que han obligado a cubrirlo con una malla.

A falta de que Correos abandone a medio plazo por completo el edificio, queda pendiente saber qué uso le dará al mismo la Junta de Andalucía. Las opciones pasarían por un uso directo como sede administrativa o plantear la venta, aunque se trataría de una operación compleja. El inmueble, según algunas fuentes, podría estar valorado entre 25 y 30 millones de euros y su uso tendría que ser para oficinas. El PP ha criticado que la rehabilitación del edifico costaría unos 10 millones, por lo que lo que Málaga saca del pago de la deuda histórica se quedaría en unos 15 millones.