Son ejemplo de esfuerzo, sacrificio y solidaridad con los demás compañeros, y además referencia por sus brillantes expedientes académicos. La Delegación de Educación no sólo reconoce sus brillantes calificaciones, sino, y quizás lo más importante, el camino que han tenido que recorrer para llegar al sobresaliente. A veces no ha sido fácil. Son historias de superación, de querer abrirse nuevas puertas cuando el viento soplaba en contra. Pero, como decía Machado, han sabido colocar la vela en su sitio. El delegado, Antonio Escámez, que hizo alusión al poeta sevillano, recibió ayer a una representación de este alumnado, a los que reconoció su trabajo.

Se trata de Francisco Javier Portales Matas, que en el curso que acaba de concluir, ha terminado un ciclo formativo de grado superior de Administración de Sistemas Informáticos en el IES Los Manantiales, de Torremolinos. Accedió a estos estudios a través de la prueba de acceso por no disponer de la titulación de Bachillerato. Ha obtenido una calificación media de 9,3 y posee gran motivación y afán de superación.

Del paro, a las aulas

«Siempre me ha gustado la informática, pero al terminar la ESO hice un ciclo de grado medio de mecánica, de hecho, estuve trabajando como mecánico, pero me quedé en el paro y quise ampliar mis horizontes», explica este alumno, que el lunes empezará a trabajar en el Hospital Carlos Haya. «He tenido suerte, tal y como están las cosas», reconoce.

Otro de los alumnos que ayer recibieron el reconocimiento de la Delegación es Francisco Jesús Páez Ramos, que ha concluido la ESO en el IES Vicente Espinel, de Málaga. Además de tener un buen expediente, ayuda en los estudios a sus compañeros, «y se trata de un alumno muy querido», dijo Escámez. «Llevarse bien con los compañeros es fácil, es más, me gusta colaborar con ellos y ayudarlos a resolver dudas cuando se acercan los exámenes», explicó este alumno, que el año que viene empezará Bachillerato y que ya sabe que quiere estudiar Medicina. De momento, tiene nota para ello: una media de 8,6.

Por su parte, Raúl García Doña ha cursado tercero de Secundaria en el IES Guadalmedina, en la modalidad de Diversificación Curricular. Atraviesa una situación familiar delicada y participa en un programa contra el absentismo escolar. «Me aburría en clase y dejé de ir al colegio, pero he descubierto lo importante que es aprender y obtener un título, sobre todo de cara al futuro y encontrar un trabajo», explica este alumno, que anima a sus compañeros a ir al instituto. «Cuando termine la ESO quiero hacer un ciclo formativo de carpintería», añadió este alumno.

Jesús Joaquín Maldonado Ostios ha estudiado primero de Bachillerato en el IES Camilo José Cela de Campillos con una calificación media de 9,1. «Es un chico que muestra gran madurez y muy interesado por los temas más diversos. En sus ratos libres da clases particulares a otros escolares», dijo el delegado. Este alumno ha sido uno de los 546 estudiantes malagueños que han sido receptores de la Beca 6000. «Soy de Teba y si no llega a ser por estas ayudas, no sé si hubiera podido seguir con mi formación. Es un incentivo que hace que sea aún más exigente conmigo mismo», dijo Maldonado en el acto de entrega de estos reconocimientos. También quiere estudiar Medicina.

Finalmente, María del Mar Cascone Hernández ha concluido segundo de la ESO en la sección bilingüe del IES Sierra de Mijas, con una calificación media de 10. El delegado de Educación destacó que en toda la provincia hay 185 alumnos «que obtienen 10 absoluto en todo». «María del Mar es un ejemplo del programa de plurilingüismo», dijo.