Cajasur, la caja cordobesa fundada por la Iglesia y que siempre fue el elemento financiero díscolo en la Andalucía socialista de Manuel Chaves y de José Antonio Griñán, se ha convertido paradójicamente en el reactivo del perseguido sueño de la caja única andaluza (o al menos de la gran caja, si finalmente se escapa Caja Granada). Todo se desencadenó el pasado 21 de mayo, cuando Cajasur se negó a aprobar la fusión con Unicaja y se abocó a ser intervenida por el Banco de España.

La posibilidad de que la subasta de los activos de Cajasur terminara en manos de entidades financieras ajenas a Andalucía activó todas las alarmas en la Junta y ha llevado a Griñán a plantear una hoja de ruta de fusiones presididas por la urgencia del sí o sí.

El primer paso era amarrar una oferta conjunta de Unicaja y Cajasol por los activos de Cajasur (debe presentarse antes del miércoles 8 de julio), un plan para el que durante la semana se ha recabado el apoyo de la IU de Diego Valderas y, sobre todo, del PP de Javier Arenas, además del beneplácito explícito de los presidentes de ambas cajas, Braulio Medel y Antonio Pulido. Ayer se cerró esta vertiginosa carrera arrancando los apoyos de las dos grandes centrales sindicales, CCOO y UGT, mediante sendas entrevistas que Griñán mantuvo en Málaga con los secretarios Francisco Carbonero y Manuel Pastrana, respectivamente.

Lo de menos es, de momento, la forma en que Unicaja y Cajasol gestionarían los activos de Cajasur, para lo que se han barajado bazas como el recurso al Banco Europeo de Finanzas (BEF) –quizá la más fiable– o la creación de un banco ad hoc con esta misión. Se descarta, por estrambótica, la idea de que ambas se repartieran los activos el 50%. El acceso a los activos de Cajasur se considera muy factible, ya que la oferta conjunta de Unicaja y Cajasol sería casi irrechazable por un Banco de España al que el Gobierno andaluz lleva un par de meses trabajándose.

Una vez coronada esta primera etapa, la segunda es plantear la fusión de Unicaja y Cajasol, una opción que hace sólo tres meses parecía enterrada por los caminos divergentes que habían tomado ambas entidades y que el terremoto de la intervenida Cajasur ha resucitado en tiempo récord. En este caso tampoco hay claros todavía plazos o fórmulas. Juntar a Unicaja y Cajasol ha sido considerado por casi todos como juntar agua y aceite, por aquello de las enrocadas posiciones que ambas cajas representan en torno a los ámbitos de influencias, políticos y económicos, de Málaga y Sevilla y que dibujan el eje de la Andalucía oriental y occidental. La fórmula del SIP o fusión fría evitaría la compleja unificación de marca y de oficinas, y esquivaría el espinoso tema de la sede, aunque sería una opción poco justificable entre cajas de la misma comunidad, con oficinas solapadas por doquier.

Tras las entrevistas con los sindicatos ayer en Málaga, Griñán delegó en el consejero de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, Antonio Ávila, las valoraciones ante los medios. Ávila señaló la importancia del apoyo de los sindicatos y el «acuerdo básico» sobre el tema de las cajas. «Es difícil encontrar un momento en el que se haya impulsado y planteado una iniciativa con tanta claridad», dijo el consejero, que no quiso enredarse en otras cuestiones. Con respecto a la forma en que se fusionarán Unicaja y Cajasol, atajó con un «cada cosa en su momento» y un «cuando se llegue al río se cruzará». Asimismo, quiso dejar claro que los órganos de gobierno de Unicaja y Cajasol son los que deberán decidir cuál es la fórmula más «adecuada» y «competitiva» sobre la gestión de los activos de Cajasur, que bien podría ser el BEF. Sobre la posible caja única, y sin saber todavía lo que había decidido Caja Granada, sentenció: «No hay ninguna idea de una caja única, se contempla sólo la integración de Unicaja y Cajasol más la puja por Cajasur».

Caja Granada aprueba la fusión fría

El consejo de administración de Caja Granada aprobó anoche por unanimidad el contrato de integración de la entidad financiera en un Sistema Institucional de Protección (SIP) o fusión fría con Caja Murcia, Caixa Penedés y Sa Nostra, según fuentes de la entidad financiera. Los presidentes de la cuatro entidades firmarán hoy el contrato de integración en la sede de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA).

La reunión para la aprobación del contrato de integración, que fue sometido a votación de forma simultánea por los consejos de administración de las cuatro cajas implicadas, fue convocada después de que la Comisión Ejecutiva del Banco de España aprobara el martes el plan de integración.

La aprobación del contrato de integración en un SIP aleja, al menos de momento, la posibilidad de que la entidad granadina se acerque al proyecto de la gran caja que, a partir de Cajasol y Unicaja, quieren conformar la Junta, los partidos y los sindicatos.