El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Málaga no quiere que el Plan General (PGOU) vuelva a naufragar como lo hizo el año pasado, quizá por ello ha elegido el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, para convocar el pleno que deberá aprobar por segunda vez el documento urbanístico, para remitirlo después a la Junta.

La fecha se la confirmó ayer el alcalde, Francisco de la Torre, a los grupos de la oposición. El proyecto del PGOU que irá al pleno para su aprobación dista mucho del que se aprobó hace un año y que luego fue rechazado por la Junta a través de la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de Andalucía (Cotua).

El que irá el día 16 es el que responsables de la Junta y del Ayuntamiento han ido perfilando en los últimos meses, eliminando todos los proyectos que la Junta señaló que no se acomodaban al Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (Potaum). Es por tanto un PGOU consensuado del que se han quedado fuera todos los aspectos que impedían su aprobación por la Junta.

«Metedura de pata»

Pero llevará un último elemento añadido que ha incorporado el alcalde en el último momento y que no ha sido discutido con la Junta por lo que no se sabe si ésta lo aceptará.

Este añadido responde, según confirmó ayer el propio alcalde, a las compensaciones que De la Torre ha exigido a la Junta a cambio de que el Ayuntamiento se haga cargo de la adquisición de los suelos de Arraijanal y de compensar a sus propietarios.

Esta última propuesta plantea que la Junta adquiera 394.817 metros que son necesarios para ejecutar el proyecto de encauzamiento del río Campanillas que se plantea en el Potaum y que se haga cargo también de adquirir los 287.577 metros cuadrados necesarios para el futuro parque fluvial del Guadalhorce.

Esta es la propuesta que los técnicos de la Gerencia de Urbanismo llevaron el jueves a Sevilla y que no pudo discutirse pues la consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, hizo que se suspendiera la reunión al conocer que la propuesta había sido adelantada a la prensa.

Al respecto, el alcalde consideró ayer como «un despropósito absolutamente condenable» la actitud de la viceconsejera de Obras Públicas que fue la que hizo suspender la reunión, pero indicó que hay que pasar página al considerarla «una metedura de pata que no debe afectar al PGOU».

El PGOU irá a su aprobación con la nueva propuesta sin conocer si la Junta la acepta. Al respecto, De la Torre señaló que de aquí al pleno «no habrá ya mas reuniones, pues no hace falta» y dio a entender que los responsables de la Consejería de Obras Públicas conocen la última incorporación planteada por el Ayuntamiento «y entiendo que aceptarán nuestra posición sobre la misma», concluyó.