El gerente de Emasa, José Luis Rodríguez, criticó ayer la construcción de desaladoras en la provincia de Málaga, en unos tiempos en los que el nuevo plan hidrológico del distrito mediterráneo contempla que haya tres desaladoras en la provincia: la de Málaga capital, y otras dos en la Axarquía y en la zona de Fuengirola-Mijas.

José Luis Rodríguez recordó, en declaraciones a la cadena Ser, que el agua resultante de las desaladoras es siete veces más cara y destacó el caso del río Genal, un afluente del Guadiaro, que cada año tira 600 hectómetros cúbicos al mar. «En Almería puede que no haya otra solución que una desaladora pero eso en Mijas es una barbaridad tecnológica, profesional y bajo cualquier punto de vista, teniendo a menos de 60 kilómetros excedentes de agua que van al mar».

Para el gerente de Emasa, para el trasvase del río Genal a la capital, a 66 kilómetros de Málaga, sería necesario construir una pequeña represa en el río y varios tramos de conducciones, algunas ya construidas. José Luis Rodríguez detalló que solicitó en su día las tuberías adquiridas para el trasvase del Ebro por si les podía dar utilidad.

Por otro lado, el gerente criticó la decisión de suspender la construcción de la tubería entre Cerroblanco y Aljaima por las protestas vecinales e insistió en que las desaladoras son un disparate, no sólo por el coste económico, sino también por el medioambiental.

La concejala de Medio Ambiente, Araceli González, declaró ayer a La Opinión de Málaga que la tesis defendida por el gerente de Emasa es la del Ayuntamiento de Málaga y recordó que las razones que apoyan el trasvase «son potentísimas, además de que las desaladoras contaminan mucho más».

Araceli González mostró su apoyo «total» a las palabras de José Luis Rodríguez y confió en que con el reciente cambio de consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, «se pueda reconducir este asunto».

En 2008 el propio gerente ya avaló este proyecto, resaltando que la idea de hacer desaladoras en Málaga era «demencial».