Un grupo de vecinos de las barriadas de El Molinillo y Segalerva ha iniciado una campaña de recogida de firmas para reclamar el inicio de las obras de recuperación del antiguo cuartel, que lleva más de diez años en situación de abandono, pese a la aprobación, en 2008, de un plan municipal que incluía la construcción de un complejo polideportivo en las instalaciones.

Según detalló Patricia García, portavoz del colectivo, el inmueble, a excepción de la parte que se convertirá en sede de la asociación vecinal, se encuentra en estado de deterioro, lo que, unido a las necesidades de la zona, convierten al proyecto, asegura, en una prioridad. García insiste en que el barrio está desprovisto de infraestructuras y de zonas verdes, circunstancia que, reseña, se podría revertir con la remodelación del cuartel, que cuenta con casi 10.000 metros cuadrados.

El antiguo edificio militar fue adquirido por el Ayuntamiento de Málaga por alrededor de dos millones de euros. En principio, los vecinos demandaron las instalaciones para la habilitación de un complejo equipado de biblioteca y aparcamientos, aunque, finalmente, el Consistorio apostó por dar cabida en exclusiva al polideportivo. El proyecto, que preveía una piscina cubierta, se adjudicó en marzo de 2008, si bien la empresa concesionaria, Gaia, no ha podido iniciar las obras por presuntos problemas de solvencia.

El pasado mayo, la Gerencia de Urbanismo resolvió interceder para que la concesionaria dejara su participación en el proyecto a otra empresa con capacidad para hacer frente a los plazos con garantías. En primera instancia, se pensó en convocar un nuevo concurso, posibilidad que se rechazó finalmente para no volver a demorar los tiempos. Sin embargo, la maquinaria aún no ha llegado a Segalerva y los vecinos se impacientan. En apenas unos días, han recogido más de trescientas firmas, que serán trasladadas al Ayuntamiento. Su objetivo es que se ejecuten los trabajos y se incluya un aparcamiento subterráneo. «Los niños no tienen sitio para jugar. Los barrios que rodean al Centro son los grandes olvidados», dice.