Llega el verano y con él, un gran dilema que se repite cada año: elegir destino de vacaciones. Uno que sea económico, al que pueda ir la familia al completo, en el que el hospedaje parezca acogedor, que esté bien situado, que sea diferente y que la forma de encontrarlo no suponga un caos.

Para evitar escudriñarse la cabeza con todas estas cuestiones ni tener que hacer malabarismos con el presupuesto, cada vez son más los que se apuntan a la moda del intercambio de viviendas.

Consiste en que una familia, de alguna parte del mundo, preste su casa a otra familia, de otra parte del mundo, para que pasen ahí sus vacaciones, mientras que ellos se instalan en la suya. Una forma económica y divertida de disfrutar de unos merecidos días de descanso. Lo sencillo reside en la forma de hacerlo. Basta con anunciarse en las agencias destinadas a este fin, algo que en Málaga cada vez se practica más. Después de Madrid y Barcelona, la provincia malagueña es la tercera con mayor número de anunciantes, que ofrecen apartamentos a primera línea de playa a cambio de destinos como Inglaterra o Nuevo York, que son los más demandados.

En la página web especializada GabinoHome hay 48 anuncios registrados de viviendas en la provincia de Málaga, de los que 18 son del último año, frente a los 14 nuevos que se anunciaron entre el verano de 2008 a 2009. Esto demuestra que el número de anunciantes se ha duplicado y va en aumento, sobre todo si se tiene en cuenta que en 2006 había sólo tres anuncios.

Para elegir destino, hay más de 1.400 ofertas de diferentes partes del mundo, 720 de España, donde se ha experimentado un incremento del 15 por ciento. Según Jaime Velasco, fundador y director de esta página web, «cada vez se utiliza más este servicio y hay más competencia». «Antes era menos conocido en España, porque fue un invento de los ingleses de hace más de 100 años, pero con la llegada de internet, se agilizó su desarrollo», explica.

Los destinos preferidos: Inglaterra y Nueva York, ya que «la gente que intercambia viviendas, suele ser más cosmopolita y busca las grandes capitales».

El perfil de las personas que optan por esta alternativa es de parejas estables o familias con hijos, aunque cada vez hay más gente de la tercera edad dispuesta a vivir esta experiencia. En general, se trata de familias acomodadas, con un buen nivel cultural, responsables y de confianza, a las que les gusta viajar y que siempre acaban repitiendo.

Intercambio de hospitalidad

Hay ocasiones en las que algunos intercambios no se llegan a realizar por discrepancias en las fechas vacacionales, por desconfianza o porque puede resultar desconcertante tener a un desconocido en casa durante nuestra ausencia. Como solución existe el intercambio de hospitalidad, que permite recibir a la otra familia en fechas distintas.

Se recibe al otro miembro o miembros del intercambio como invitado en casa y luego se visita la suya en las mismas condiciones. Una de las ventajas de esta opción es que, además de la implicación social, se puede disfrutar de una mejor visita guiada a la zona visitada. Con los intercambios de vivienda también se obtiene una visión más cercana de otras culturas, al poder implicarse más en los lugares visitados; se dispone de más intimidad, flexibilidad y libertad por tratarse de un hogar temporal; y se ahorra tiempo y dinero al no tener que buscar ni pagar el hospedaje. Todo esto sin contar con que los vínculos que se establecen con el otro miembro de intercambio se pueden convertir en una amistad para toda la vida.

Pero no siempre es así. Hay algunos que también utilizan sus casas para intercambiarlas dentro de la misma ciudad o incluso en el ámbito nacional, por motivos de trabajo o para pasar largas temporadas. Sea como sea, la ventaja radica en el gran ahorro económico que supone el no tener que pagar un hospedaje.