Juana León muestra la picadura de una pulga en la pierna. Ha tenido suerte: «La señora de al lado la tiene en el cuello», cuenta.

Para los vecinos de la calle Pedro Gómez Sancho, disfrutar de su jardincito, con unos bancos en el centro, se ha convertido en un ejercicio de riesgo. «Ya no podemos ni salir a tomar el fresco», se queja.

El jardín es una zona verde abandonada con matojos de gran altura y como cuenta, también por pulgas. «Ahí no te puedes meter porque te saltan encima», detalla María José Martín, que lamenta que la zona verde está llena de botellas, basuras varias y numerosas cacas de perro. Esta vecina, del mismo bloque que Juana, cuenta que los vecinos participaron en internet en una iniciativa para dar ideas «para los presupuestos de los barrios». «Lo arreglaron hace dos años, pusieron los banquitos y riego automático, plantaron romero y delante teníamos unos ficus que levantaban la acera y los cambiaron por naranjos». Pero incluso estos árboles, enfrente del parquecito, tiene los alcorques tomados por las hierbas secas.

«Esto cada vez tiene más porquería, porque cada vez vienen más personas con perros», señala María José, que teme que cualquier día, «alguien tira un cigarro y salimos ardiendo».

Además, advierte de que existe otro problema con el parque: «Aquí al lado está la fuente de la Burra, y hay un hombre que tiene la manguera que contecta con la fuente que quita y corta el agua a voluntad».

La falta continuada de riego ha terminado empeorando la situación, mientras el abandono multiplica la basura...y las pulgas.

María José Martín cuenta a Línea Directa que ha llamado en varias ocasiones al Ayuntamiento. «El distrito me dice que esto no es de ellos, sino de Parques y Jardines, y Parques y Jardines me responde que hay un problema con el constructor porque no están pagadas las obras».

Lo que sí parece claro es que, si existe parón administrativo, la situación la están pagando los vecinos.

Pero hay otros problemas en esta zona de Málaga. El bloque en el que vive María José, construido hace 30 años, linda con el cauce del arroyo de la Burra. Según explica, «el Ayuntamiento construyó hace dos años un muro junto al bloque pero han aparecido grietas». Las grietas también incluyen un pequeño balcón callejero frente al cauce, en el que, como demuestra María José, cabe un dedo sin problemas. También tiene una amplia grieta una de las aceras laterales del edificio.

También preocupa a los vecinos el estado que presenta los alrededores de la fuente de la Burra, en donde se acumulan escombros. Además, el edificio en el que vive María José tiene a su izquierda un cerro de matojos, muy frecuentado por botelloneros. «Esto lo tenían que conservar en condiciones».

María José Martín pide al Ayuntamiento que mejore toda la zona, con especial atención al jardincito. «Pedimos que lo desbrocen y los limpien, que hagan como están los parques en La Palma Palmilla, porque a nosotros lo único que nos hicieron fue plantar cuatro romeros», lamenta.